40 años de la erupción del volcán Chichonal
Hoy lunes, se cumplen 40 años de la erupción del volcán Chichonal. Sí, en 1981, Chiapas era noticia internacional debido a que el coloso despertó. La historia no acaba de enmarcar cuántos murieron porque se resistieron a dejar sus tierras, sus animales, pero, sobre todo, porque tenían la esperanza que las fumarolas y los temblores que producían la tierra, acabarían en cualquier momento.
Alrededor del volcán se acentuaban cientos de familias zoques. Francisco León y Chapultenango, son los dos municipios donde se localiza el volcán, también conocido como El Chichón. Se ubica a mil 60 metros de altura.
Aquella noche del 28 de marzo de 1982, despertó, pero con mucha furia. Las crónicas que se tienen en las hemerotecas señalan que la primera explosión provocó un cráter de entre 150 y 180 metros, casi el doble de lo que componen las medidas de un campo de futbol. Se imaginan el estruendo que provocó. Una columna de humo y cenizas alcanzó los 27 kilómetros de altura, lo que significa la distancia entre Tuxtla Gutiérrez y la ciudad de Chiapa de Corzo y el hecho, nada inusual, oscureció el cielo en aquella zona por casi un día.
Muchos de los niños, adolescentes y jóvenes de aquella fecha hoy pueden recordar con avidez cómo la naturaleza se encaprichaba y les mandaba un mensaje que hoy está claro en la vida: ante este tipo de fenómenos naturales no somos nada, apenas una insignificancia viviente ante la incapacidad para reaccionar positivamente.
Decíamos, muchos de estas personas que hoy son ya hombres adultos, y que incluso vivían en otras latitudes como Tabasco y Veracruz, fueron testigos de cómo el cielo se ensombrecía por la ceniza que expiraba el volcán.
No nos imaginamos lo que vivieron los pobladores en aquella histórica ocasión. Muchos muertos por resistirse a abandonar sus hogares o por regresar a ver sus pertenencias, sus animales, que eran su única forma de vida como lo es hoy en miles hogares del territorio chiapaneco.
Al echar una hojeada a lo que está escrito en libros, periódicos y documentales, vemos que registran escenarios de desolación, todo cubierto por cenizas y rocas que expulsó el coloso. Y frente a esta desgracia que forma parte de los “caprichos” de la naturaleza, en pleno siglo XXI, tenemos escenarios de desolación y muerte, pero éstos, provocados por la irracionalidad del hombre, sino sólo vean las ciudades destrozadas y desoladas en Ucrania, por el conflicto bélico que tiene con Rusia. Sobre ello no hay un punto de comparación, porque de principio a fin, duele más que mentes enfermas por el poder y tengan un lugar en la historia, terminen asesinando vidas humanas.
Por ello, es sano recordar este momento que marcó la vida de Chiapas. Afortunadamente se mantienen estudios avanzados para intentar saber las condiciones de “vida” de los volcanes. En la entidad se tiene, aparte del Chichonal, al Tacaná, que se ubica en la línea fronteriza con Guatemala.
Cantidad de expediciones de estudiosos visitan el coloso que muestra calma, “ya no se escucha sus rugidos ni movimientos subterráneos que para la gente había pasado a formar parte de su vida cotidiana y que desde el año de 1930 ya se había dado a conocer”.
Hoy familias sobrevivientes de aquella desgracia, recordarán los acontecimientos donde si bien sólo se documentó la muerte de 22 personas, la misma población que buscó refugio en municipios aledaños, habla de más de 2 mil y son los que se asentaban en los alrededores del coloso y que no pudieron salir a tiempo.
Para Chiapas y otras entidades donde se localizan volcanes que “están durmiendo” por el momento, debe tenerse claro que no hay que confiarse, pues su despertar es impredecible. Los registros oficiales citan que son 566 volcanes en el territorio mexicano. No los invoquemos.
