Debate en Morena transparentará el proceso y elegiría al mejor candidato
Desde el viernes pasado, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, les instruyó a los suspirantes a sucederlo como primer mandatario de México, a ponerse de acuerdo para que la elección del candidato sea sin mayores problemas y en unidad, lo primero que hizo Marcelo Ebrard fue lanzar el primer dardo para que la contienda sea pareja, clara y sin que haya -en el papel imaginario- favoritas, en alusión a Claudia Sheinbaum Pardo, quien a su vez respondió que la única a la que se le debe poner los ojos bien fijos es a la Cuarta Transformación.
Aunque fue una salida muy limpia, que demostró esta vez que fue muy bien asesorada, lo que el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) subrayó en conferencia de prensa en Veracruz, donde asistió con el cuento de la presentación de su libro, es que “o hay encuesta o hay favorita, no se pueden las dos cosas y para saber si es favorita, pues hay que preguntarle al pueblo”.
También hizo hincapié en la necesidad de que haya un debate entre las corcholatas que ahora serán en teoría, seis, con la ya referida Claudia Sheinbaum; Adán Augusto López Hernández, titular de la Secretaría de Gobernación; Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República; Marcelo Ebrard, de la SRE; el “carismático” Gerardo Fernández Noroña, del PT; y el actual senador y ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, del PVEM.
Aunque inicialmente el debate es para los integrantes de Morena, habría la necesidad que tanto en la encuesta como en esta nueva propuesta se incluyan a los dos candidatos de los dos partidos políticos, que dicho sea de paso, tienen a su favor que son buenos oradores, conocen la problemática del país y añoran saltar a las “grandes ligas” con muchas posibilidades de dar la sorpresa, principalmente en el caso de Velasco, quien ya hace cinco años se había barajeado la posibilidad de que fuera candidato presidencial.
Si se analiza lo que supuestamente anunció el presidente AMLO en la reunión del viernes pasado, de que no habrá dedazo en la elección del candidato o candidata por el partido Morena, las cosas se pondrían al rojo vivo, pues no acababan de oír a su jefe, cuando saliendo de Palacio de Gobierno ordenaron a sus equipos acelerar las reuniones para cumplir con las agendas establecidas previamente.
Lo que no se vale es que los presidenciables se aprovechen de sus puestos en el gobierno federal para andarse placeando, pues a nadie engañan con decir que sus giras y organización de eventos los realizan con sus propios recursos. Con esta triquiñuela ya no engañan a nadie ni tampoco se les cree.
Lo que es una garantía es que mientras el presidente de México esté al frente de la organización de la elección del candidato no habrá poder humano ni partido adversario que le gane la partida. Los días en que estuvo en recuperación por el COVID, le dio mucho tiempo para mover las piezas del ajedrez y para pensar en hechos mediáticos a implementar a fin de que no le alboroten el gallinero. La jugada maestra de aprobar 20 iniciativas en un par de horas, de botepronto, sin análisis ni debate, es una de ellas.
Además, el presidente sabe que a todas luces las violaciones a la ley electoral, que tanto defendió el ex consejero Lorenzo Córdova y que no pudo contrarrestar porque el tiempo le ganó, hoy no tendrán ningún problema con la incorporación de Guadalupe Taddei, quien, por lo que se vio en las primeras decisiones asumidas al frente del INE, estará del lado de la Cuarta Transformación.
Sería transcendental para la democracia, ante el número de aspirantes que han alzado la mano para la candidatura por Morena, que validen la celebración de un debate que organice el Instituto Nacional para conocer las plataformas y propuestas de los candidatos, pues hoy en día todos dicen que quieren, pero no se les conoce un proyecto sexenal o de gran alcance.
Estamos seguros que, al conocer su programa y sus habilidades ante la improvisación, la ciudadanía se formaría un prototipo de candidato que tengas las agallas, el conocimiento y las relaciones políticas, para sacar adelante el país. Lo mismo con los opositores, quienes tienen que abrirse a la transparencia y realizar un trámite similar para elegir a la mejor opción.
Si desde ahora en Morena los dardos somníferos están dirigidos a elegir a su candidato mediante encuesta, los problemas internos incrementarán, y lo más seguro que la candidatura se debilite. Hoy sí le damos la razón a quienes han pugnado porque los funcionarios de la Cuarta Transformación renuncien a sus puestos para no ensuciar más el proceso de selección del candidato rumbo a la presidencia de la República en 2024.