A. Marroquín / Diario de Chiapas
En Tuxtla Gutiérrez cada vez son más las y los locatarios que cierran sus negocios por falta de estrategias gubernamentales que ayuden a mitigar la crisis económica por coronavirus.
El anuncio de la suspensión de las tradicionales peregrinaciones en honor a la Virgen de Guadalupe ha significado —por segundo año consecutivo— un duro golpe a la economía de personas que se dedican a la venta de productos, servicios o artículos alusivos a esta festividad y aunque sí se realizarán actividades, las diversas restricciones o eventos masivos sí dañan y bajan las ventas hasta en un 60 por ciento.
Desde vendedores de flores naturales y artificiales, hasta productos comestibles, pirotecnia e imágenes religiosas que se encuentran en el Mercado Juan Sabines (en el corazón de Tuxtla Gutiérrez), aseguran que la pandemia y las restricciones que se han implementado por esta razón han hecho que decenas de comerciantes de estos giros cierren de manera temporal o definitiva sus negocios, sin embargo, quienes aún permanecen enfrentan una seria crisis económica, pues hay días en donde no venden nada.
Cristina Chávez, locataria en el Mercado Juan Sabines de Tuxtla, señaló que desde 2020 la venta de artículos ha disminuido considerablemente porque la gente está dejando de peregrinar antes y durante el 12 de diciembre, situación que ha ocasionado que varios locatarios cambien de giro porque la mercancía queda mermada.
De esta forma, la vendedora invitó a la población a que se acerquen a los mercados públicos de la capital, esto para ayudar a la economía local, la cual se encuentra en crisis.
“Sí nos afectó mucho porque cuando hay peregrinación vienen a comprar sus imágenes, pero como no hubo, no habrá de vuelta este año… han bajado como en un 60 por ciento, pues los invitamos a que vengan a comprarnos, tenemos todo lo que es de la Virgen de Guadalupe”, explicó la locataria.
