Jeny Pascacio / Diario de Chiapas
La migración no se detendrá ni por la militarización de la frontera sur, como lo demuestran las cifras récord de detenciones en México y Estados Unidos, país que no reconoce su vínculo con la violencia que viven los países del triángulo del norte.
Lo anterior fue destacado en el webinario Las otras fronteras: el impacto de las políticas de control migratorio de México y Guatemala, con la participación de organizaciones de Chiapas, Tabasco y Guatemala; organizado por Washington Office on Latin America (WOLA).
Coincidieron en la necesidad del reconocimiento de las causas tanto internas como externas que provocan la migración centroamericana, para la atención oportuna en el contexto de la urgencia humanitaria.
José Luis González de la Red Jesuita con Migrantes en Guatemala, dijo que el gobierno de Guatemala está en la misma línea que México en la respuesta militar auspiciada por el país del norte, “Guatemala hace lo que quiere Estados Unidos”.
El incremento del desplazamiento de centroamericanos en los últimos meses no se puede ocultar ni de los números oficiales en los países involucrados, pues alcanzaron récords como las 171 mil detenciones reportadas en EU “en 15 años no se tenían esas cifras”.
Recordó que en 1980, Estados Unidos financió la guerra en Centroamérica y en la actualidad, “el 80 por ciento de las armas con las que nos matamos en Centroamérica vienen de Estados Unidos. Atender las causas de la migración no sólo se trata de las causas internas sino también externas”.
Habló de ‘caravanas invisibles’ porque pasan desapercibidas bajo la corrupción de funcionarios de migración en México. Detectan los vehículos en los puestos de control migratorio, cuentan a las personas y más adelantes les piden 10 dólares por cada uno para poder seguir adelante, explicó José Luis González.
“Algunos hablan de migración hormiga, dispersa, migración en trailers que es una migración que siempre ha existido pero vienen con más fuerza. Las carreteras y rutas están ahí pero están utilizando métodos en gran manera”.
Brenda Ochoa, del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova A.C., recordó la vulnerabilidad de las personas en movilidad humana, tanto por la corrupción como por las redes del crimen organizado que provocan un incremento en los secuestros.
“Parece que hay una predisposición a disuadir, contener, detener y no ha tener mecanismos que provean la seguridad a las personas que llegan a México con necesidades de protección”.
Para Fray Gabriel Romero Alamilla de La 72, Hogar – Refugio Para Personas Migrantes, otros migrantes toman rutas como “ley de la selva” para bordear la aduana, operativos, puntos de revisión.
Aunado a que en agosto de 2020 dejó de funcionar el tren mejor conocido como “La bestia”, durante la pandemia del COVID-19, la migración comenzó a caminar por las vías hasta llegar a los puntos de la ruta migratoria.