Jeny Pascacio / Diario de Chiapas
Una de las tendencias reportadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) es la participación de menores de edad en la facilitación del tráfico de personas migrantes, que implica el reclutamiento y la participación de residentes de comunidades fronterizas en las actividades a cambio de una compensación económica.
De acuerdo a la OIM, esta dinámica fue reportada hace algunos años por el propio Sistema DIF y atrae en su mayoría a hombres adolescentes, pues la participación de mujeres es limitada, quienes laboran como reclutadores, guardias, vigías, guías, choferes y señuelos, como parte de grupos establecidos, o prestándoles sus servicios de manera individual.
La participación de niñas, niños y adolescentes (NNA) en el tráfico de migrantes implica graves riesgos a su seguridad personal y a la de sus familias, pues enfrentan las demandas de empleadores, el acoso de autoridades de ambos lados de la frontera, y el estigma de participar en una actividad criminal.
“De igual manera, los NNAs que participan en el tráfico con frecuencia enfrentan obligaciones domésticas. Estudios llevados a cabo con su apoyo reflejan que sus ingresos son destinados a cubrir gastos de supervivencia como alimentación, vestido y vivienda de sus familias; algunos son padres o madres adolescentes que necesitan proveer por sus familias”.
