• Un bombero en Tuxtla puede llegar a ganar poco más de siete mil pesos al mes, mientras que el salario promedio mensual en el país es de 11 mil pesos
Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
De acuerdo con el sitio electrónico buscador de empleos, Indeed, el sueldo de un bombero en Tuxtla Gutiérrez es 39 por ciento menor al promedio nacional.
Según este sitio, un bombero en la capital de Chiapas puede llegar a ganar poco más de siete mil pesos al mes, mientras que el salario promedio mensual en el país fue de 11 mil pesos, en el año 2024.
Ahora bien, el sitio Data México, del gobierno federal, estima que los mejores salarios promedio se registraron entre los hombres con 10 a 12 años de escolaridad, quienes percibieron hasta 14 mil 800 pesos. Por otro lado, este mismo sitio ubica los estados con las mejores remuneraciones promedio para los bomberos: Veracruz, con 22 mil 500 pesos, Jalisco, con 20 mil 200 pesos, y Tabasco, con 19 mil 600 pesos, según datos del 2024.
En cambio, en Chiapas, en general, los bomberos “siguen en las mismas”, como lo señaló en una entrevista el presidente del Patronato del Heroico Cuerpo de Bomberos de esta ciudad, Rodulfo Gálvez.
Al menos en los últimos cinco años han buscado no sólo dignificar la profesión, a la que tanto se le reconoce por su valentía, sino también hacer realidad el sueño de los bomberos, de que al igual que otros profesionistas, puedan percibir menores ingresos económicos y prestaciones.
Sólo en la capital del estado, estimó que se requiere de 500 mil pesos al mes para lograr el funcionamiento de las estaciones, pago de combustible y los salarios, esto sin contar que requieren del apoyo voluntario para tener personal en servicio.
Según Data México, hasta el año 2024 había un registro en el país de 17 mil 300 bomberos, la mayoría de los bomberos, tanto hombres como mujeres, se concentraron en el tramo educativo de 10 a 12 años de escolaridad, con un promedio de edad de 39 años.
En el caso de Chiapas, Gálvez señaló que los bomberos no cuentan ni con un seguro de vida, algo fundamental para la actividad que desempeñan, y especialmente porque de ellos dependen sus familias, a las que, aunque quieran, dejan desprotegidas en caso de morir, ya sea por enfermedad, o cumpliendo con su deber, tantas veces aplaudido, aunque mal pagado en Chiapas.