Alto Mando
Miguel Ángel Godínez
En el Campo Militar número 1, donde se han construido decenas de fábulas, esas que hablan de activistas, guerrilleros y estudiantes desaparecidos en sus instalaciones, o la existencia de sótanos de tortura, fosas comunes, hornos de incineración y paredones de fusilamiento, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se abrirán los archivos de la llamada guerra sucia, los cuales serán escudriñados por la comisión para el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de los Hechos Ocurridos entre 1965 y 1990.
No es la primera vez que se abren los archivos ni las instalaciones militares. Ya ocurrió en torno al Movimiento Estudiantil del 68, caso del que por cierto la mayoría de los delitos han prescrito y el presidente Díaz Ordaz asumió toda la responsabilidad; y en la investigación del caso Ayotzinapa, jamás se encontraron indicios de estudiantes desaparecidos.
En el evento surgió el reclamo de los familiares de las víctimas, luego de que se anunciara la inscripción de los nombres de soldados caídos, en un monumento que en principio contendría los nombres de las víctimas. El general Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa, guardó una compostura ejemplar y dijo que se trata de una instrucción del propio presidente.
No lo dijo el alto mando militar, pero los soldados también son humanos y la responsabilidad última, como lo reconoció el presidente López Obrador, de los actos realizados por el Ejército, es de las autoridades civiles, pues finalmente los soldados solamente reciben órdenes.
Y es verdad, no corresponde a los militares tomar decisiones equivocadas o acertadas. Son los civiles, son los políticos, es el presidente de la República, como comandante de las FA, el que toma la decisión de utilizarlas, ya sea para reprimir o para enaltecerlas y generar orgullo y confianza entre los ciudadanos.
Pero hoy la instrucción ya fue dada. Que no se oculte nada, que toda la información con la que cuente el Ejército se ponga a disposición de la Comisión, y para ello cuenta con el compromiso de las FA, para llegar, como dijo Crescencio Sandoval, a la reconciliación, el derecho a la verdad y la transparencia.
Aún con la advertencia de la coalición Va por México, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que la GN debe ser parte de la SDN. Su principal argumento es evitar que se corrompa o cometa los mismos abusos de la Policía Federal Preventiva (PFP). Bajo esa óptica, se hace no solo necesaria, sino urgente, pues ante la situación de emergencia en materia de seguridad, se requiere de la disciplina, profesionalismo, honestidad y respeto que caracteriza a las FA.
Mayo, el mes más violento. Se registraron 2 mil 833 homicidios dolosos, superando la cantidad de marzo, que fue de 2 mil 653. En lo que va de la administración de López Obrador, de acuerdo con datos del SESNSP, de diciembre de 2018 a junio de 2022, se han acumulado 123 mil 158 víctimas de homicidio y feminicidio, con esto se comprueba que la estrategia de abrazos no balazos no funciona.
Tras perder la gubernatura de NL, Clara Luz Flores, asociada a NXIVM, a la que se vincula con tráfico de personas, explotación sexual y pornografía infantil, fue nombrada titular del SESNS. Una mala decisión que le traerá problemas al Ejecutivo.
Es necesario evaluar la continuidad del SESNS, que da visos de corrupción.
Las FA desplegaron un cerco para la captura de José Noriel Portillo, El Chueco, sospechoso del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas. El caso provocó consternación y fuerte reclamo. Se pidió modificar la estrategia de abrazos no balazos, pero el presidente dio manotazo y aseguró que se mantendrá hasta el nuevo proceso electoral. Para qué esperar tanto tiempo ¿No cabe aquí una consulta ciudadana, o montar mesas de diálogo?
De Imaginaria. Como lo comenté aquí, la filtración de llamadas con el padre de Lozoya, evidencia que existen grabaciones por horas, que comprometen al fiscal Gertz Manero.
