Alto Mando
Miguel Ángel Godínez García
El pasado 24 de noviembre, en un enfrentamiento con criminales, fue asesinado en Pinos, Zacatecas, el general José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador estatal de la Guardia Nacional en esa entidad. Un día después, la Plana Mayor del Ejército y de la GN lo despedían marcialmente en medio de un ambiente de tristeza, rabia e impotencia, pues con éste son ya más de 50 militares caídos en el cumplimiento de su deber en lo que va del presente sexenio.
El general se había ganado el respeto y la admiración de su tropa; su muerte caló hondo y golpeó la moral de sus subalternos que no daban crédito a lo sucedido. Aunque no es la primera vez que un mando del Ejército cae bajo las balas del narcotráfico, sí lo es que un general muere abatido en un operativo.
¿Por qué un militar de alto rango iba al frente de una misión? Es algo que pocos se explican, sin embargo, el general José Silvestre Urzúa Padilla tenía fama de ser “entrón” y de encabezar operativos hasta de rutina. Eso mismo hacía cuando se desempeñaba como Jefe de Estado Mayor en Guerrero y Chiapas.
En enero de 2020, estando asignado como Jefe de Estado Mayor de la 36ª. Zona Militar con sede en Tapachula, Chiapas, llegó a encabezar varios operativos en contra de la delincuencia organizada.
En 2021, durante su desempeño como jefe del Estado Mayor de la 27 zona militar, en Guerrero, encabezó también distintos operativos para el restablecimiento de la paz, como el Operativo Refuerzo Guerrero; el Operativo Refuerzo Acapulco 2021 y el Operativo contra el crimen organizado Juntos Cuidaremos a Nuestro Acapulco.
Urzúa Padilla llegó a Zacatecas precedido de esa fama el pasado 4 de enero, para fungir como coordinador de la Guardia Nacional y sumarse al plan operativo Zacatecas II, implementado en noviembre de 2021 por los gobiernos federal y local, con la finalidad de pacificar la entidad ante la violencia generada por los cárteles Jalisco Nueva Generación, del Golfo y de Sinaloa, asentados en varios municipios y en medio de una guerra para controlar un estado que es considerado como estratégico para el traslado de drogas al norte del país y hacia Estados Unidos.
El general Urzúa decidió encabezar este último operativo en el que se buscaba desarticular una célula del CJNG, responsable de secuestro y asesinato de hombres, mujeres y niños, en los límites con Aguascalientes, San Luis Potosí y Jalisco, donde contaba con la complicidad de policías municipales de Pinos, de acuerdo con un reporte de inteligencia.
Un primer enfrentamiento ocurrió en la comunidad de Los Conos, a dos kilómetros de Jaltomate, donde los militares, GN y ministeriales repelieron la agresión, sin embargo, en un segundo embate, un sicario agredió y lesionó fatalmente al general. El agresor fue abatido en este enfrentamiento.
Si bien en lo que va del sexenio de Andrés Manuel la muerte de militares en enfrentamientos con delincuentes es menor al de los sexenios de Enrique Peña Nieto (99) y de Felipe Calderón (174), no deja de ser evidente que la estrategia adoptada de abrazos no balazos los deja expuestos a ser asesinados pues solo pueden responder en defensa propia. Los soldados se deben apegara principios derecho-humanistas y cualquier ataque a sicarios debe ser justificado, de ahí que existe una mayor cantidad de militares procesados y otros más, caídos en el cumplimiento de su deber.
A raíz del asesinato del general, fueron detenidos en Zacatecas 12 presuntos sicarios y puestos a disposición de la FGR.
Dice Rosa Ícela Rodríguez, secretaria de SPC, que hubo una disminución de homicidios dolosos en noviembre, dos mil 71, pero sus fríos números contrastan con el dolor y luto de más de dos mil familias.
De Imaginaria. Como lo había anticipado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó la controversia presentada por la Cámara de Diputados y aprobó, por mayoría de votos, que el Gobierno de México utilice las Fuerzas Armadas para tareas y acciones de seguridad pública.
