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A río revuelto, ganancia del oficialismo

Carlos Matute González*

La oposición está catatónica frente a su “triunfo” en la Corte. La Alianza Va por México interpuso una acción de inconstitucionalidad y 9 ministros le concedieron la razón al considerar que el burdo mayoriteo en el Congreso había violado el principio de deliberación democrática. La primera parte del Plan B electoral fue invalidada.

Ante su evidente derrota, el presidente reviró en contra de la Corte y pidió al pueblo que se inclinara en julio de 2024 abrumadoramente en favor de la 4T y sus candidatos a senadores y diputados para que se tuviera la mayoría calificada suficiente para modificar la Constitución y que los ministros fueran electos directamente por el voto popular. En un acto de campaña, prohibido por las leyes, invitó a sufragar por Morena para que obtuviera el carro completo y copeteado, que incluye la presidencia y las dos terceras partes de las cámaras.

Simultáneamente, los grupos de choque del oficialismo sitiaron a la Corte y hostigaron a los jueces constitucionales con consignas agresivas como sucedió con la quema de la piñata que representaba a su presidenta la Ministra Norma Piña. Acto seguido, el líder morenista en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, propuso una consulta popular para que se discuta públicamente la forma de designación de los ministros después de la elección de 2024.

Ante este revire, el PRI, PAN, PRD y MC apenas balbucean en la Comisión Permanente del Congreso y convocan esporádicas conferencias sin mayor impacto mediático. La voz de la alianza Va por México está silenciada por la avalancha de información oficialista. Esta alianza opositora no fija una estrategia clara para aprovechar su triunfo, ni es capaz de contrarrestar la rápida redefinición de la agenda política electoral de las mañaneras.

En este río revuelto no importa que la pregunta sobre la elección de los ministros de Ignacio Mier sea confusa y mal redactada, tampoco es trascendente que sea cuestionable la procedencia de la consulta popular, todo eso es secundario y su debate solamente “engorda el caldo” al oficialismo y llena los espacios informativos y de opinión.

Esto explica la ridícula, pero efectista políticamente, la supuesta intimidación de la ministra Norma Piña al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, Alejandro Armenta. El intercambio de mensajes – confirmados por la ministra- sólo remueve más el río y es un asunto muy menor que se aprovechó hábilmente para darle un golpecito a la imagen de la ministra.

La oposición está catatónica. No estaba preparada para su victoria y ésta los agarró totalmente desprevenidos. El oficialismo les toma la delantera y convoca a un parlamento abierto para debatir la elección de los ministros y las inconformidades de la oposición por el ninguneo que sufrió en la última sesión del periodo ordinario se olvidaron con una facilidad pasmosa. El presidente perdió una batalla, la reforma electoral para someter al INE, en la que había invertido muchos recursos políticos y esfuerzo, pero la oposición no ha sabido aprovecharla.

¿Qué va a pasar con las leyes aprobadas al vapor el 28 de abril en el patio de la Casona de Xicoténcatl sin ninguna certeza de la corrección de la votación? Esto ya no se destaca en la opinión pública. ¿Dónde está una esperable estrategia de acudir a los medios de comunicación con un mensaje consensado entre los integrantes de la alianza Va por México para destacar la estrategia fallida de los planes de la reforma electoral? No existe. Hoy, una semana después, solo se escucha la voz del oficialismo trazando la agenda de la elección de 2024 que pretende sacar del debate a la seguridad, la salud, la migración y la mayor pobreza y que las campañas giren en torno de la “popularización” de la justicia.

Los fracasos del gobierno de la 4T, el uso de recursos públicos en las campañas electorales y los actos anticipados de campaña se acumulan todos los días y el único foro de la oposición es la Comisión Permanente, ya que las dirigencias de los partidos políticos brillan por su ausencia en los medios de comunicación.

¿Qué estará esperando la oposición para tener mayor y más impactante presencia pública? ¿El proceso de definición de las reglas de selección del candidato de una colación opositora los ocupa demasiado? ¿Los procesos burocráticos partidistas y la desconfianza entre ellos los aletarga? Estas son grandes incógnitas.

Lo único verificable es que el presidente López Obrador todos los días posiciona mejor a sus corcholatas que son los únicos presidenciables visibles y fija la agenda para el 2024 alejándola del debate relacionado con la falta de resultados de su gobierno. La oposición debe saber que no habrá muchas noticias, como la derogación del Plan B, para que se posicione en el ánimo del electorado. A río revuelto, ganancia del oficialismo.

Investigador del Instituto Mexicano de Estudios Estratégicos de Seguridad y Defensa Nacionales*

cmatutegonzalez@gmail.com

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