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Carlos Matute González

La reforma electoral y las marchas han provocado un estreñimiento informativo. Los medios de comunicación masivos escritos y electrónicos se han concentrado en esos dos temas y todo lo demás que ocurre en el país y en el mundo ha quedado minimizado.

El jueves, lamentablemente, murió el secretario de seguridad pública de Aguascalientes en un helicopterazo y sólo algunos diarios le dieron las ocho columnas; la Secretaria de Educación Pública compareció en el Senado con poca atención de la sociedad; el Fondo Monetario Internacional prorrogó la línea de crédito a México con base en una calificación positiva de las finanzas públicas y el Presidente de la Corte tuvo su última conferencia de prensa pletórica de autoelogios sin que hubiera mayor cobertura mediática, y unos misiles mataron a dos personas en territorio polaco que abrieron la posibilidad que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania escalara, lo que pasó casi desapercibido por la opinión pública, entre otros sucesos importantes.

Lo que hoy es noticia en México es la movilización política permanente provocada desde las mañaneras que afecta el desempeño del gobierno y la productividad de la economía en su conjunto. El presidente, no es algo novedoso, contraviene las leyes electorales adelantando los tiempos electorales. Le gusta retar a las autoridades de la materia para saber si se atreven a sancionarlo.

Esta actitud en la línea entre lo permitido y lo prohibido, utilizando argucias es imitada por sus seguidores y así sus candidatos están en plena promoción personal sin pudor alguno. El INE está más ocupado en defenderse de los ataques en su contra y la reforma que pretende cancelar su autonomía y no está atento a los actos anticipados de campaña para sancionarlos oportunamente. El gobierno ya está pensando en 2024 y no en desempeñar sus deberes constitucionales y cumplir efectivamente con las promesas del 2018.

La movilización permanente es una estrategia de los autoritarismos, que consideran a las elecciones como una forma de legitimar sus proyectos y no el medio de designar al gobierno, con lo que paulatinamente las instituciones democráticas se desgastan hasta convertirse en una mera formalidad.

En este contexto, que ya se ha prolongado cuatro años, la oposición al gobierno por fin reacciona, prepara el camino para la coalición electoral y también adelanta los tiempos de la selección del candidato que la representará para enfrentar al neo oficialismo. Los aspirantes a gobernar el país confirman que la única forma de vencer el renacimiento autoritario es la conformación de un frente común.

En este sentido, se puede afirmar que el próximo presidente de México estuvo en la marcha del 13 de noviembre o estará en la del 27 pues la sucesión está en marcha. En este contexto, el presidente pide una avalancha de votos a favor de la 4T para que ésta obtenga la presidencia -luego niega que lo hizo-, pero es evidente que hace todo lo posible porque en 2024 su movimiento tenga la mayoría calificada del Congreso y se puedan llevar a cabo las modificaciones constitucionales sin el concierto de otras fuerzas políticas distantes a Morena.

La semana entrante las noticias se concentrarán en dos temas: el 4º Informe en el aniversario de la toma de protesta y su movilización popular y el mundial de futbol. Todo lo demás pasará a un segundo plano. La agenda política, más que en otro momento del sexenio, será dictada desde las mañaneras del Palacio Nacional. El tono del discurso y el grado de confrontación será marcado por el presidente.

El estreñimiento informativo afecta el debate abierto y racional. El análisis de resultados se elude en beneficio del gobierno o se oculta con las estrategias de los otros datos y la descalificación directa a quienes denuncian las desviaciones o las inconsistencias entre el discurso y los hechos. Esta circunstancia beneficia a AMLO y sus aliados y perjudica a sus adversarios.

Independientemente de la confrontación política, esta dinámica de reducción del debate debe ser modificada y ampliar la agenda e incluir los rezagos en seguridad pública, combate a la corrupción, salud, educación, infraestructura pública y protección del medio ambiente, entre otros temas. Más voces, con mayor diversidad, en un panorama extenso de la problemática nacional enriquecen la vida de la República.

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