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La alianza Monreal – Adán Augusto. IMSS con finanzas sanas. El regreso de AMLO a la calle

Armando Domínguez

Para comenzar… En los pasillos del Senado y de Gobernación cada vez se da como un hecho el establecimiento de un acuerdo entre Ricardo Monreal y Adán Augusto López de cara a las elecciones presidenciales de 2024, a partir del que el coordinador de los senadores de Morena habría decidido sacrificar sus aspiraciones rumbo a Palacio Nacional para respaldar al tabasqueño. Desde el fin de semana, Adán Augusto López modificó de forma extraña el discurso bélico que traía en contra del senador zacatecano para llenarlo de elogios, reconocer su liderazgo y este lunes después de reunirse ambos en privado, Monreal dijo que se debe respetar la marcha de defensa al INE porque es una manifestación ciudadana ejerciendo sus derechos constitucionales. Monreal agregó que una vez que se concluya en la Cámara de Diputados la discusión de la reforma electoral, el Senado va a realizar un minucioso análisis y se va a escuchar a todos. Fue un llamado de intento de reconciliación con los manifestantes después de que López Obrador atizó con odio a los participantes de la marcha por haber acudido a Paseo de la Reforma de la Ciudad de México y llenar otras plazas en diferentes ciudades del país. La actitud mostrada por el presidente es la misma que en 2005, cuando se fue en contra de los manifestantes de la marcha contra la inseguridad de la Ciudad de México a los que llamó “pirruris” siendo jefe de gobierno. Justo ahí empezó su declive para terminar debilitado a partir de su enfrentamiento con Vicente Fox, entonces presidente de la República, con la histórica frase: cállate chachalaca. Será que Adán Augusto y Ricardo Monreal a diferencia del presidente sí entendieron el mensaje del domingo por parte de la ciudadanía y lo que buscan es evitar precisamente que se repita la tragedia política de 2006. De ser sinceras sus palabras, eso parece. Lo que es claro es la asociación de López y Monreal, quien como estrategia desde que estos dos políticos hicieron las paces y decidieron caminar juntos rumbo al 2024, viene confrontando de manera contundente a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien cada día se mimetiza más al presidente de la República hasta en el pausado y frases a la hora de hablar y tomar las mismas posturas como atacar la marcha del domingo. La estrategia de ambos presidenciables frente al INE parece haber tomado una ruta diferente.

El presidente, Andrés Manuel López Obrador volvió atender, en el buen sentido de la palabra, una alfombra roja para que se luciera políticamente el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el chiapaneco Zoé Robledo Aburto. En Palacio Nacional se llevó a cabo la 113 Asamblea General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde su director general, informó que el IMSS-Bienestar cerrará el año con atención a 26.8 millones de mexicanos sin seguro social. “El IMSS-Bienestar es la pieza que hacía falta para lograr, consolidar y sostener un verdadero estado de bienestar en una sociedad más justa”, dijo ante la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.  Robledo Aburto, rindió su Informe de Labores 2021-2022 y el Programa de Actividades 2022-2023, quien, ante el mandatario nacional, gobernadores e invitados especiales, expuso que de atender a 11.7 millones de mexicanos sin seguridad social, el IMSS-Bienestar cerrará el presente año con una atención para 26.8 millones de ciudadanos. El director general del IMSS, también informó que, con la Cuarta Transformación, a la salud le llegó su tiempo, ya que pasaron 228 días desde el inicio del Plan de Salud IMSS-Bienestar y la productividad en siete estados incrementó 122 por ciento en consultas de especialidad, 44 por ciento en cirugías y 20 por ciento en atención a partos; además de que se han rehabilitado 38 quirófanos en 26 hospitales, el surtimiento de recetas pasó de 45 a 97 por ciento y se han invertido 4 mil 219 millones de pesos.  Zoé Robledo señaló que, el IMSS-Bienestar pasó de ser un programa a un Órgano Público Descentralizado y a finales del 2022, tendrá presencia en 24 estados y pasará de operar 80 hospitales a 331, y de 3 mil 900 unidades de Primer Nivel a 7 mil 600; además de que se han sumado mil 341 médicos residentes de especialidades troncales en 101 hospitales y se cuenta con la presencia de 412 médicos cubanos de 45 diferentes especialidades. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuenta con una cifra récord de 21 millones 656 mil empleos formales, se recuperaron los perdidos durante la pandemia y en lo que va del presente 2022, se han creado un millón 68 mil 306 nuevos puestos de trabajo; los ingresos por cuotas obrero-patronales crecieron 15 por ciento, esto es 47 mil 748 millones de pesos adicionales a lo recaudado el año pasado. Robledo afirmó que entre las decisiones de economía moral que favorecieron al IMSS, está el impulso al salario base de cotización, mismo que pasó de 350 en el 2018 a 480 pesos en el 2022, y la reforma en subcontratación que significó un ingreso adicional de 6 mil millones de pesos. Las reservas del IMSS, pasaron de 215 mil millones de pesos en el 2018 a 401 mil millones, lo que le permite 13 años de suficiencia financiera y lo más importante, dejó en claro su director general, “no estamos en bancarrota moral, asumimos con honor y gallardía la carga de ser la institución que más personas atendió en México, y probablemente en el mundo, a pacientes hospitalizados por COVID-19”. Ante la presencia de su padre, el ex gobernador de Chiapas Eduardo Robledo Rincón, el director general del IMSS, manifestó que con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el IMSS crece, es más grande y más fuerte, más seguro y más social: se han sumado 26 mil 500 plazas, 91 por ciento de atención médica; se adquirieron 10 mil 834 camas; se han concluido y están en operación 30 nuevas unidades y este año arrancó la construcción de seis hospitales. “La llama de la esperanza está encendida. El IMSS tiene rumbo, y ese rumbo es el porvenir”, concluyó.

Para finalizar… El presidente Andrés Manuel López Obrador domina la calle, se alimenta de la plaza pública. Y la tenía muy abandonada. En el terreno de la movilización se mueve como pez en el agua. De ahí viene, ahí construyó, en buena medida, su vida pública. Desde Tabasco, en la protesta social, hasta la decena de veces que ha llenado el Zócalo en la última década, pasando por las movilizaciones en tiempos del desafuero. No hay político con su arrastre ni con su capacidad de articular a miles en torno a sí. AMLO regresa a las calles, a manifestarse. Lo hace orillado por la multitudinaria marcha de ciudadanos que salieron el pasado domingo a defender al INE. Al Presidente le incomodó que otros y no él, ocuparan las calles, se organizaron para hacerlo en torno a una causa. La marcha del domingo pasado fue mucho más que una protesta contra la iniciativa de Reforma Electoral del Presidente; fue una contra el gobierno y el Presidente. Así la leyeron en Palacio Nacional. López Obrador mostrará músculo el domingo 27 de noviembre. Vaya que lo tiene. Está en un juego de vencidas con la oposición. Si desde hace años ha llenado el Zócalo, esta vez no será la excepción. Si antes lo hizo sí, con estructura, pero sin ser gobierno, ahora tiene el aparato de gobierno, posiciones de poder y recursos para hacerlo. A nadie sorprenderá que los gobernadores y la jefa de Gobierno se movilicen, tampoco que lo hagan legisladores y alcaldes, y su partido. Será, también, un termómetro de cómo andan las fuerzas y simpatías al interior de su movimiento. Pero todo eso será pirotecnia, ruido. Esos detalles de forma distraen del fondo. Tendríamos, por ejemplo, que estar haciendo un corte de caja sobre los cuatro años del gobierno, los retos y pendientes. Tendríamos, al menos, que revisar y poder debatir —con más respeto y menos polarización— una posible Reforma Electoral sin ver todo en blancos o negros. Pero no. Parece que eso es imposible ya. El encono arrincona a los ciudadanos, los mete en el juego de los políticos y los obliga a tomar partido; los va forzando a definirse por un bando, cuando esa lógica de confrontación es con la que se alimenta la clase política, pero la que fractura una sociedad. La brecha de polarización, lejos de cerrarse, se ensancha. No parece haber espacio para la conciliación y construcción de puentes. Sólo cabe el enfrentamiento y los insultos. Y ahí la espiral se ha convertido en círculo vicioso. De la confrontación, a la ruptura. De la polarización, a la división. ¿Qué sigue después? ¿El choque? Ojalá que no. La colisión entre proyectos está en plena efervescencia. No son las ideas ni los argumentos los que ganan la batalla, sino los adjetivos.

¿Cómo ve?

Así las cosas…

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