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¿A quién creerle? ¿A Nahle o a la IEA?

Eduardo Ruiz-Healy

En su sitio iea.org, la Agencia Internacional de Energía (IEA) explica que fue creada en 1974 para coordinar una respuesta colectiva ante interrupciones importantes en el suministro de petróleo. Tomando un enfoque integral de todos los combustibles y tecnologías, recomienda políticas que mejoren la confiabilidad, accesibilidad y sostenibilidad de la energía. Examina una amplia gama de temas, incluyendo energías renovables, oferta y demanda de petróleo, gas y carbón, eficiencia energética, tecnologías de energía limpia, sistemas y mercados de electricidad, acceso a la energía y gestión de la demanda.

En días recientes, la IEA difundió su informe Oil 2023 Analysis and forecast to 2028 (Petróleo 2023, Análisis y pronóstico hasta 2028), destacando el ajuste gradual de los mercados mundiales del petróleo después de la pandemia de COVID-19 y la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Se señala que los precios del petróleo crudo han vuelto a niveles anteriores a la guerra y los faltantes de productos refinados han disminuido gracias a la coincidencia entre suministros crecientes y una desaceleración en la demanda en economías avanzadas. La IEA espera una mejora en las perspectivas durante el período de pronóstico de 2022-2028.

Se destaca que la crisis energética está acelerando la transición hacia fuentes de energía alternativas y reduciendo la dependencia del petróleo. Aunque se espera un pico en la demanda de petróleo, los insumos petroquímicos y los viajes aéreos seguirán impulsando el consumo global. La demanda mundial de petróleo se estima en 105.7 millones de barriles diarios (mb/d) en 2028, con un aumento de 5.9 mb/d en comparación con 2022. Es importante resaltar que la demanda de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo en 81.6 mb/d en 2028, con una disminución esperada en la demanda de gasolina después de 2023 y en la de combustibles para el transporte en general después de 2026. Esto se debe al cambio hacia fuentes de energía más limpias, mejoras en eficiencia energética y el crecimiento de vehículos eléctricos.

El informe menciona a México y señala que, después de Rusia, el país registra una pérdida significativa en su producción de petróleo, disminuyendo en 500 kb/d (miles de barriles diarios) a 1.5 mb/d. El sector ha experimentado altibajos desde la pandemia, con reducciones en las inversiones de Pemex. La puesta en marcha de los campos Zama y Trion será crucial para contrarrestar los declives en los años siguientes. La salida de Equinor y las perforaciones sin éxito de Shell plantean dudas sobre el crecimiento a largo plazo de México. Por otro lado, el gobierno mexicano avanza con el proyecto Olmeca/Dos Bocas de 340 mil barriles al día (kb/d) y reparaciones a las refinerías. A pesar de los altos costos, aumentará la producción de productos limpios y la capacidad de procesamiento de crudos pesados. La capacidad de refinación de 1.6 mb/d operó al 51% en promedio en 2022 y ligeramente por encima en el primer trimestre de 2023. Dos Bocas comenzará en 2025, con retrasos y exceso de presupuesto. Con una rehabilitación exitosa, México podría aumentar su capacidad operativa en 1 mb/d. Se pronostica una producción de 1.1 mb/d en 2028, desde 820 kb/d en 2022.

Debido a la transición hacia fuentes de energía alternativas y el menor uso de combustibles fósiles, los pronósticos de la IEA no son optimistas para la industria petrolera mundial y la mexicana. Su pronóstico de refinación de 1.1 mb/d en 2028 contradice las declaraciones de la aún secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien aseguró en marzo pasado que el procesamiento de crudo en las refinerías alcanzaría 1.2 mb/d este año. Esto plantea la pregunta de a quién creer, ¿a alguien que pronto abandonará su cargo para buscar la candidatura a la gubernatura de Veracruz o a la IEA? Yo, definitivamente, a la IEA.

ruizhealytimes.com

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