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En EEUU miles de niños y adultos morirán de un balazo

Eduardo Ruiz-Healy

San Antonio, Texas. – En Estados Unidos las balaceras masivas ocurren con tanta frecuencia que puede afirmarse que representan una verdadera epidemia de violencia.

Tan solo durante la semana que transcurrió desde la balacera escolar en Uvalde (Texas) que el martes 24 de mayo dejó a 19 niños y dos adultos muertos y 17 heridos, ocurrieron 40 balaceras masivas en 19 estados de este país en los cuales murieron 18 personas (entre ellos cuatro niños menores de 17 años) y 96 quedaron heridas. La de Uvalde fue la 27ª balacera escolar del año.

En mayo (hasta el 30) 67 niños han muerto en estas balaceras, incluidos los 22 en Uvalde. En lo que va del año 150 niños de entre 0 y 11 años y 529 de entre 12 y 17 han perdido la vida en este tipo de eventos. En total suman 679.

El problema es tal, que en 2020 las heridas por arma de fuego se convirtieron en la primera causa de muerte de niños y adolescentes.

El 19 de mayo pasado, en el Vol. 386 No. 20 del prestigiado New England Journal of Medicine, se publicó una carta al editor de la publicación que en parte dice: “De 2019 a 2020, el aumento relativo en la tasa de muertes relacionadas con armas de fuego de todo tipo (suicidio, homicidio, no intencional e indeterminado) entre niños y adolescentes fue del 29.5 %, más del doble que el aumento relativo en la población general. El aumento se observó en la mayoría de las características demográficas y tipos de muertes relacionadas con armas de fuego (…) El análisis anterior, que examinó datos hasta 2016, mostró que las lesiones relacionadas con armas de fuego ocupaban el segundo lugar después de los accidentes automovilísticos (tanto relacionados con el tráfico como no relacionados con el tráfico) como la principal causa de muerte entre niños y adolescentes. Desde 2016, esa brecha se ha reducido, y en 2020, las lesiones relacionadas con armas de fuego se convirtieron en la principal causa de muerte en ese grupo de edad”.

La carta concluye así: “Si bien los nuevos datos son consistentes con otra evidencia de que la violencia con armas de fuego ha aumentado durante la pandemia de COVID-19, las razones del aumento no están claras y no se puede suponer que la mortalidad relacionada con armas de fuego volverá más tarde a los niveles previos a la pandemia. Independientemente, el aumento de la mortalidad relacionada con las armas de fuego refleja una tendencia a más largo plazo y muestra que seguimos sin proteger a nuestros jóvenes de una causa de muerte prevenible”.

Firman la carta tres médicos especializados en medicina de emergencia que trabajan y enseñan en el hospital Michigan Medicine de la Universidad de Michigan.

Después de la masacre de Uvalde de nueva cuenta se discute en EEUU cómo evitar que cualquier arma de fuego acabe en las manos de quienes las usarán para matar indiscriminadamente a quienes tengan enfrente. Lo mismo ha ocurrido después de cada balacera masiva para que al final de cuentas no se llegue a nada sustancial porque la mayoría de los políticos republicanos reciben de los fabricantes y vendedores de armas importantes donativos para sus campañas políticas. Mientras no se prohíba que estos oportunistas obtengan recursos de la industria de las armas, no cambiará nada y miles de niños y adultos morirán de un balazo.

ruizhealytimes.com

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