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Los pequeños e insignificantes avances no son éxitos

Eduardo Ruiz-Healy

A nuestros gobernantes les gusta presentarnos como éxitos muchos de los pequeños e insignificantes avances que se logran a lo largo de sus respectivas administraciones.

Ayer vimos un ejemplo de esto cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador y su secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana Rosa Ícela Rodríguez nos presumieron una baja insignificante en el número de homicidios registrados en 2021, según datos preliminares, no definitivos, que también ayer dio a conocer el INEGI.

Fueron 35 625 homicidios los que se registraron en 352 Oficialías del Registro Civil, 105 Servicios Médicos Forenses y 260 Agencias del Ministerio Público que tuvieron, al menos, un registro de homicidio. Este número incluye “la información de homicidios que resulta del avance en el proceso de confronta entre el INEGI y la Secretaría de Salud”.

Rodríguez presumió que “Las estadísticas del INEGI revelan que de enero a diciembre de 2021 se registraron 1148 homicidios menos con respecto al 2020, lo que consideramos, como Gabinete de Seguridad Nacional, un avance importante que refleja el resultado del esfuerzo diario”.

Para sustentar su afirmación exhibió una tabla que contiene el mismo reporte del INEGI que muestra el número de homicidios registrados desde 1990. En ella se ve que en 2020 se registraron 36 773 homicidios, que en 2019 fueron 36 661 y en 2018 36 685.

Algún crítico del gobierno de la 4T tal vez quisiera poner en duda lo que dijo la secretaria al afirmar que lo que mostró durante la conferencia de prensa del presidente no corresponde con la realidad en vista de que comparó cifras definitivas para cada año comprendido en el periodo 1990-2020 con cifras de 2021 que, como lo explica el INEGI, son “Cifras preliminares (enero a diciembre 2021), con corte al 15 de julio de 2022: aún no concluyen los procesos de generación de las estadísticas de defunciones registradas”.

Lo anterior podría ser importante si existieran diferencias significativas entre las cifras preliminares y las definitivas, lo cual no es el caso. La diferencia entre unas y otras para 2020 es de 194 homicidios o el 0.5%, para 2019 es de 185 o 0.5% y para 2020 es de apenas 9 o el 0.02%. Esto habla muy bien de la exactitud de las cifras preliminares que nos proporciona el INEGI.

Ahora bien, ¿qué nos dicen estos números, todos provenientes de la misma fuente?

Que de 2020 a 2021 el número de homicidios descendió 3.1%, pero si comparamos el último año de la anterior administración con 2021, disminuyó 2.9%. En promedio, en el periodo 2019-2021 la baja fue de apenas el 0.97 cada año, el 1.0% en números redondos.

Es indiscutible que el número de homicidios ha descendido, pero calificar la baja como un “avance importante” es una exageración y más faltando aún 797 días para que concluya el gobierno de Andrés Manuel y en los que muchas cosas aún pueden ocurrir para disparar hacia arriba el número de homicidios.

Recordemos que en 2013 Peña Nieto nos presumió que el número de homicidios había descendido 11.2% durante su primer año de gobierno y que en 2014 nos dijo que en ese año había bajado un 13.2%, un 22.9% durante sus primeros dos años. Luego las cosas se descompusieron y en 2018, cuando concluyó su gobierno, el número era 41.3% superior al de 2012.

ruizhealytimes.com

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