Los amigos, los prestigios y los rescates

El Cristalazo

Rafael Cardona

Dentro de exactamente 45 días el Señor Presidente dejará de serlo. Se irá –dice—ya sabemos dónde.

Perdurará –sin embargo– en la memoria y la mente de sus devotos durante los años naturales de su vida terrenal y prolongará su presencia en el Parnaso, el Olimpo y desde el Mictlán – no seamos euro centristas–, sostendrá su evangélica luz orientadora por los siglos de los siglos mientras no haya otra deidad laica (lo dijo PML) capaz de opacar el fulgor de sus enseñanzas.

Desde el jueves, por cosas de la fórmula de renovación del Poder en la contradictoria república, los mexicanos tenemos dos presidentes y un solo titular del Poder Ejecutivo constitucional, pues la señora Claudia Sheinbaum doctora y científica, como todos sabemos, para lustre y prestigio del ya dicho poder, es formalmente reconocida –con todas las de la ley, porque la ley es la ley–, como presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos. Nada más.

Pero si bien ya tiene el pergamino cuya hermosa caligrafía le reconoce tal condición, no tiene aún el PODER. Sí, con mayúsculas: EL PODER. El bastón de mando no cuenta. Es una pieza vistosa de artesanía.

Recibe Claudia Sheinbaum constancia de presidenta de México; ofrece justicia, bienestar y derechos.

El poder le pertenece todavía al Señor Presidente quien no cesa –como el rayo de Miguel Hernández–, en su afán de aumentarle horas al día para convertir si le fuera posible, la noche en mañana luminosa y aprovechar cada segundo, cada décima o milésima de segundo, en oportunidad de continuar su quehacer en bien del pueblo, de los pobres y los necesitados quienes han sido los beneficiarios de su desprendimiento, de su atención y hasta su amor, sus votos y sus ex votos.

Y aquí solicito al amable lector (alguno habrá), su clemencia para una digresión, pues de amor hemos hablado y no puedo olvidar una carta de afecto (hermano menor del apego fraterno o amistoso, debo decir), entre nuestro señor presidente y el ex mandatario argentino Fernández (no Macedonio, enorme escritor austral, ejemplo hasta de Borges) sino Alberto, quien como todos sabemos goteaba folios de almíbar en cuya redacción explicaba cómo haber conocido a nuestro Rayo de Esperanza, fue casi casi lo mejor de su vida como a continuación veremos.

«…Le dije a Beatriz (la esposa de nuestro Ejecutivo, en misión sudamericana por aquel tiempo), que quiero recibirte en Argentina… Sé que no eres amigo de salir de México. Pero deberías hacer una excepción solo para alegrar la vida de alguien que te quiere, te respeta y te admira: ese soy yo».

Pero si tal dulzor no fuera suficiente, aquí viene lo mejor:

–«Si algo bueno me ha dejado este tiempo tan difícil fue el haberte conocido. Una vez Ángela Merkel me preguntó cuál era mi opinión sobre vos. ‘Es la primera vez en muchas décadas que México tiene como presidente a un hombre decente, y eso en México es una revolución’, le dije certeramente».

Ándale pues, Betito.

Y ahora, a la luz de acontecimientos recientemente revelados, uno se pregunta cómo es posible hallar detrás de tanta milonguera sensiblera de tan distinguido y cursi amigo de la familia presidencial mexicana, el rostro de un golpeador de mujeres cuyos abusos ocurrieron (dice doña Fabi, su ex), en la casa presidencial.

Golpeador, al menos de su cónyuge, porque en seguimiento perfecto de la conducta del enorme pugilista argentino, Carlos Monzón, quien tiró a su mujer por una terraza, el Che Fernández, ha sido denunciado por acomodarle jabs y ganchos a las señoras, durante muchos rounds de su vida matrimonial.

“La ex primera dama Fabiola Yáñez finalmente impulsó una denuncia penal contra Alberto Fernández por violencia física y hostigamiento. El juez federal Julián Ercolini decidió prohibirle la salida del país al expresidente y además ordenó “medidas de restricción y protección”, confirmó a Infobae una fuente judicial.

“Y agregó:

“La restricción es para que no se comunique a sus dispositivos”. Y junto con las denuncias, aparecieron en los diarios porteños y de otras ciudades, las fotografías de la magullada y golpeada señora Fabi, cuyos ojos de cotorra hablan de la calidad humana y la hombría de bien del pelmazo de su exmarido.

Ni Milei hace esas cosas.

Pero volvamos a lo importante: el poder en México (aun incompartible), cuya mejor expresión en estos días ha sido el rescate del soldado Corral, (así no haya sido un acto presidencial directo, pero por cuya acción se congratuló) porque continúa la línea del rescate con cuyo heroísmo se inició esta administración.

¿Recuerda usted cuando los aviones de la austeridad volaban todos los cielos de Iberoamérica para rescatar a Evo Morales –tras fallar en un ilegal intento releccionista en La Paz–, quien al llegar a México recibió en las morenas e indígenas mejillas los apapachos de don Marcelo Ebrard en el aeropuerto? Pues ahora le tocó a Javier Corral, quien tiene una orden de aprehensión de Chihuahua, la cual iba a ser ejecutada en esta ciudad.

Pero ¡chin!, ¡pum!, ¡cuás!, ¡Zoc! apareció el Wolverin de la Doctores y ¡ni madres! Este salvamento, ni la “Operación Roble” en 1943, con la cual los nazis rescataron a Mussolini del Hotel Campo Imperatore de los Apeninos.

Usted lo recuerda.

Pues así salva la IV-T a los suyos o a los de reciente alquiler, como Javier Corral quien fue –usted lo sabe— un panista de hueso azul, pero cuando la conveniencia sopló con la fuerza de Eolo y se trataba de salvar la piel, se convirtió al evangelio de la verdad y la vida.

Cuando la IV-T no libera a Ovidio (tan de moda la familia), ordena a la fiscalía de la CDMX, en manos del gran jurista Ulises Lara –quien personalmente comandó el operativo de salvamento—y se llevó a Corral.

Así también la IV-T rescató de la maledicencia al gobernador sinaloense Rocha Moya, exhibido por “El mayo” Guzmán como persona de su confianza, lo cual no es nada nuevo, él mismo se lo había dicho a Salvador García Soto en una entrevista cuyo contenido jamás fue puesto en duda.

Pero volvamos a Ulises.

“(EH). – El encargado de despacho de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Ulises Lara dejó en claro que “bajo ninguna circunstancia” rescató al exgobernador de Chihuahua, Javier Corral de ser detenido, y es que simplemente “cumplimos estrictamente con la ley como nos fue conferido”.

“En un mensaje a medios, el funcionario local expresó que agentes ministeriales de la Fiscalía Anticorrupción del Estado de Chihuahua, ayer por la noche en un restaurante de la colonia Roma, alcaldía Cuauhtémoc, “buscaron, ilegalmente, llevar a cabo una diligencia de ejecución de un mandamiento judicial”, lo que hubiera significado que la privación ilegal de la libertad de Javier Corral, pues no se habían agotado las formalidades esenciales del procedimiento jurídico”.

Pues sí, ahora por favor digamos en coro, la ley es la ley.

¿No qué no?

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