Por la Conciencia
Dr. Roger Heli Díaz Guillén
“L´Imperalismo derniere étape du Capitalisme” como fue titulado en su edición francesa de 1925, es la obra de crítica social de Bladimir Ilich Lenin publicada en 1917 en la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas URSS, donde analiza el desarrollo del capitalismo en Gran Bretaña, Alemania. Francia y Estados Unidos en una perspectiva crítica del desarrollo de los monopolios de la producción y comercialización capitalista, basado en las leyes de concentración de capitales expuestas por Karl Marx en su obra “El Capital”; destacando en la lectura a esta obra de Lenin que sus planteamientos de hace un siglo parecieran que describen el presente del capitalismo en naciones que han asumido el liderazgo y control del mundo en la vida económica, territorial y social internacional.
Partimos que el imperialismo como etapa superior del capitalismo es también la etapa de decadencia de los sistemas económicos capitalistas en naciones que aspiran a liderear e imponer un sistema económico global centralizado; sin comprender que hay naciones que planearon su desarrollo en visión futura, con patrimonios económicos, territoriales, naturales y políticos sociales; que son contrapesos entre monopolios en su diversidad como productos, valores, pertenencia y controles de la economía global. Hoy estamos viviendo y siendo testigos de la siguiente etapa que vivió y criticó Lenin en la obra citada, que describe la existencia de monopolios internacionales de la producción, comercialización y territorios, cuyos países se adueñaron del 90% de los poco más de mil millones de kilómetros cuadrados que tiene el planeta tierra y sus aguas. Hoy vemos países como EEUU, China y Rusia que sostienen una lucha y/o guerra entre monopolios de capitales lidereados por Estados-Naciones que hoy son pesos y contrapesos en diversas capacidades económicas y de suministros para la industria en desarrollo como la tecnológica digital, agricultura, energéticos e industria automotriz
Para comprender la transición al imperialismo en un sistema capitalista de Estado, retomando a los EEUU como caso y/o ejemplo, es importante adicionar al planteamiento de Lenin que si bien es cierto expone como segundo rasgo para identificar el imperialismo la fusión del capital bancario con el industrial; en nuestros tiempos se suma el aparato de Estado-Nación con liderazgos como Donald Trump, que constituye el trinomio de consorcios (“Carteles” cita Lenin en su obra) que se han apoderado de la economía; territorios “virtuales” y/o control de la vida social en un esquema de globalización del mundo donde la tecnología digital e inteligencia artificial dirigen la construcción de una nueva ética y moral humana.
“El imperialismo es la fase monopolista del capitalismo” decía y resumía Lenin donde la libre competencia capitalista quedó rebasada al momento de asociarse capitales de bancos y capitales industriales que crearon esquemas de monopolios en la producción, comercialización y financiamientos a gran escala para el desarrollo de naciones, creando dependencia y subordinación, como la imposición o derrocamiento de gobiernos como nos ilustra la historia por lo menos en América Latina; sumándose en el ámbito político internacional los Estados-Naciones impulsando objetivos de desarrollo en los organismos internacionales como la ONU, la OEA, OTAN, OCDE, UE, entre otros, y; creando organismos de financiamiento a través de bancos mundiales para beneficiar a los grandes capitales como el Fondo Monetario Internacional; el Banco Mundial; Banco Interamericano de Desarrollo; resucitando la idea de recuperar territorios e infraestructura como el interés de EEUU en Panamá y Canadá y otros territorios.
Para identificar al imperialismo Lenin propone cinco rasgos básicos, iniciando con el elevado desarrollo de la producción, la concentración de la producción y del capital que han derivado en monopolios a gran escala como el caso del MAIZ transgénico que sujeta su consumo al comercio de un solo proveedor internacional productora de la semilla; destruyendo con ello la practica cultural de recolección y mejora de semillas de los pueblos campesinos e indígenas de México; en segundo lugar cita y destaca a la fusión del capital bancario con el industrial que crean los grandes monopolios financiero, donde el nuevo papel de bancos ya no es ser solo prestamistas, sino capital financiero y oligárquico financiero; de los cual deviene su tercer rasgo que es la exportación de capital como financiamientos a gran escala en los territorios controlados colonizados.
Un cuarto rasgo es la formación de asociaciones de capitalistas internacionales que se repartieron el mundo hasta principios del siglo pasado, dando datos y cifras que prueban que seis países se apropiaron del mundo de 1876 a 1914, nombrando a Gran Bretaña, Rusia, Francia, Alemania, EEUU y Japón; con lo que el imperialismo se expresó en la culminación del reparto del mundo y los financiamientos para el desarrollo del capital financiero internacional; que es un hecho y rasgo distintivo del imperialismo que como quinto rasgo destaca; concluyendo en su visión que la asociación de grandes capitales fortaleciendo a la banca fue el hecho de asociación de intereses que expandieron el poder y esencia del capitalismo en su libre competencia; trascendiendo hoy el interés de recuperar la vieja historia de los territorios que durante la primera mitad del siglo XX muchos pueblos hoy naciones lucharon por su libertad y derecho a ser naciones libres; además del control económico y asistencial.
Lo antes expuesto nos permite ver en la expresión política del presidente en turno de EEUU, como el capitalismo como sistema económico de Estado camina a un Neo-Imperialismo o su decadencia como sistema y orden socio-económico-político; al observar que los grandes monopolios financieros que critico Lenin hace un siglo y años, en la cumbre del desarrollo, expansión y control entraron en conflicto con otros monopolios internacionales que empezaron en su lucha actual con la construcción y reconstrucción no de la existencia misma de los consorcios económicos, sino de las nuevas reglas necesarias en su relación para vivir como una sola célula de organización heterodoxa o construir cada parte sus mundos; citando en esta visión a K. kautsky que planteó que ”El imperialismo es un producto del capitalismo industrial altamente desarrollado. Consiste en la tendencia de toda nación capitalista industrial a someter o anexionarse cada vez más regiones agrarias, sin tener en cuanta a las naciones que las habitan”