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Aarón Yamil Melgar Bravo

Letras Desnudas

Mario Caballero

 

Melgar

En 2021, muchos fueron los personajes que destacaron, para bien o para mal, dentro del escenario político. Lo local, por supuesto, no fue la excepción. Tenemos, por ejemplo, al gobernador Rutilio Escandón Cadenas que a base de esfuerzo, dedicación y buenas políticas públicas ha logrado darle paz, seguridad y estabilidad al estado. Los excelentes resultados en cuanto al combate a la pandemia es uno de sus logros más destacables. Hoy por hoy, Chiapas es la entidad con la menor tasa de contagios y fallecimientos por Covid de todo el país.

Pero para este 2022 hay muchos actores políticos que sin duda alguna serán los grandes protagonistas en el estado. Uno de ellos, mejor dicho dos, son los hermanos de apellido Melgar Bravo. Tanto Yamil como Luis Armando son ahora mismo dos personajes que desempeñan cargos de una altísima responsabilidad en la política local y nacional. Ambos, dicho sea de paso, bajo la insignia de Morena.

Quiero empezar por Yamil.

Aarón Yamil Melgar Bravo es diputado local por el Distrito XIX electoral con cabecera en Tapachula. Los primeros días de la actual legislatura fue elegido presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, posición desde la cual ha venido dejando un buen sabor de boca entre sus homólogos y la clase política chiapaneca.

Yamil no es un improvisado de la política. Por eso a nadie le extraña su capacidad para debatir las propuestas e iniciativas de ley, pero sobre todo su habilidad para cabildear y conjuntar a las fuerzas políticas para sacar adelante los acuerdos que Chiapas necesita.

Quizá uno de sus logros más notables como presidente de la Jucopo, es hacer caminar al Congreso local con plena autonomía respecto a los otros poderes del Estado. Bajo su guía vemos a un Congreso que participa y colabora dentro de las actividades y la agenda de trabajo del Ejecutivo, pero con respeto a la independencia que ambos poderes deben tener para su correcta función y para mantener el equilibrio que se necesita en el ejercicio del poder.

Eso no es un asunto cualquiera. Habla de los nuevos aires que soplan en la política chiapaneca, en la que los principales participantes abogan por la gobernabilidad, la estabilidad social, la participación ciudadana, la pluralidad y el respeto por los valores democráticos. Que ahora esto se fomente desde el Poder Legislativo marca un parteaguas porque no siempre fue así.

La actitud del diputado Melgar frente a su encomienda está devolviéndole la credibilidad al parlamento y enalteciendo la figura del diputado, que no es la del fulano o fulana que llega nada más a calentar una curul los días de sesión, a levantar el dedo en señal de aprobación a lo que sea que otros ordenen, sino es hacer una digna representación de los intereses de los ciudadanos, proponer alternativas de solución a los problemas de los municipios, inspirar reformas que planteen el desarrollo de la sociedad, así como cuestionar y reprobar desde la máxima tribuna del Estado los abusos del poder.

Tal como hizo él mismo los últimos días del mes de noviembre pasado, cuando subió a la tribuna del Congreso a exigir cuentas al Instituto Nacional de Migración por las acciones derivadas de la “atención” (así, entre comillas) al fenómeno migratorio en la frontera sur de México.

El Inami ha sido criticado durante todo este tiempo por la violencia que ha ejercido contra los migrantes centroamericanos y caribeños. De hecho, órganos autónomos y organizaciones no gubernamentales han documentado que los agentes de migración han cometido serios agravios a los derechos humanos de estas personas.

Esta situación provocó una mayor inseguridad en los municipios de esa zona, donde se comenzaron a ser comunes las noticias de migrantes desaparecidos, asaltos, violaciones, extorsiones y trata de personas. Lo peor es que se responsabilizaba de esos delitos a las autoridades migratorias y no pasaba nada. El Inami hacía uso de la fuerza y delinquía impunemente bajo el pretexto de detener el flujo migratorio.

Después de la intervención del diputado Yamil hubo una serie de acomodos dentro de mencionada institución, empezando con el despido del exdelegado del Inami en Chiapas, Aristeo Taboada Rivera, quien era señalado de ejercer hostigamientos contra el personal del organismo, reprimir a los migrantes y militarizar las funciones y los puestos.

Falta mucho por hacer al respecto, pero desde que Melgar Bravo puso el dedo en la llaga parece que mermaron las noticias de migrantes golpeados y humillados por los agentes de migración y regresó la calma a los municipios fronterizos. Eso es precisamente lo que tiene que hacer un verdadero representante del pueblo.

 

PROTAGONISTA DE LA 4T

Por otra parte, Yamil Melgar es conocido por los altos puestos que ha ocupado en la administración pública como delegado del IMSS, delegado de la Secretaría del Trabajo o como secretario de economía estatal, entre otros, asimismo por ser parte de una familia de políticos que han venido dejando huella en el estado.

Es hijo de uno de los políticos más prominentes de Chiapas, don Antonio Melgar Aranda (q.e.p.d.), quien fue dos veces diputado federal, una vez senador de la República y presidente municipal de Tapachula.

Por todo lo que hizo don Antonio durante este último cargo se ganó el respeto de la gente y, por lo mismo, su carrera política despuntó tanto que su nombre sonó para ser candidato al Gobierno del Estado. Y también por este puesto es que es bien recordado. Los tapachultecos no se olvidan de sus obras sociales, de su gobierno ciudadano, de que salía a recorrer las calles a recoger las necesidades de las personas y ahí, sentado en la banqueta, buscaba la forma de resolver los problemas de los colonos.

Con ese mismo sentido humano y compromiso, Yamil camina por los municipios que comprenden su demarcación electoral. Durante las fechas decembrinas se quedó en su tierra a trabajar, a dialogar con los locatarios de los mercados públicos, con los artesanos, con la gente que necesita de la ayuda y solidaridad de sus gobernantes. Sobre todo, en estos tiempos de crisis por la maldita pandemia.

Algo también destacable en el diputado es que no se ha dejado arrastrar por la corriente en la que no pocos políticos están inmersos por sus sueños guajiros de obtener más poder en las elecciones de 2024. Como algunos que hasta ya se destaparon como aspirantes al Gobierno de Chiapas.

A él se le ve centrado en sus funciones. Como decía Otto Von Bismarck: “el político piensa en la próxima elección; el estadista en la próxima generación”. Creo que en situaciones como la actual es más importante tranquilizar los ánimos, pararse a pensar, discutir proyectos, consensuar ideas y aplicarlas, pensando en la “próxima generación”.

Ignoro qué futuro político le depara a Yamil Melgar, pero por las demostraciones de congruencia política que ha tenido ante el cargo que desempeña, así como ante el partido que abandera y el régimen gubernamental al que pertenece, es muy posible que éste sea brillante.

Esperemos que esa misma congruencia y esa misma actitud frente al poder las siga manteniendo. Los chiapanecos merecen gobernantes comprometidos con las causas sociales, como él ha sido hasta ahora. Pues un verdadero protagonista de la política no puede ser menos que eso.

En otra oportunidad hablaremos del otro Melgar, Luis Armando.

 

@_MarioCaballero

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