Ricardo Monreal Ávila
Después de la elección presidencial que tuvo lugar en Francia el 24 de abril de 2022, cuyo resultado confirmó la victoria del presidente Emmanuel Macron (derecha), la ciudadanía del país galo se prepara para acudir nuevamente a las urnas, a fin de renovar la Asamblea Nacional, compuesta por 577 diputadas y diputados.
La primera vuelta de esa elección legislativa se llevará a cabo el próximo 12 de junio, mientras que la segunda vuelta será el día 19 del mismo mes.
El líder del movimiento Francia Insumisa (FI-izquierda), Jean-Luc Mélenchon, ha pedido el voto ciudadano para convertirse en primer ministro, por medio de la consecución de la mayoría en la Asamblea Nacional. A este escenario se le conoce en Francia como cohabitación política.
Para ello, ha invitado a otros partidos de izquierda, a fin de unir fuerzas y conseguir ese objetivo. Su apuesta estriba sobre todo en lograr la movilización del electorado y de abstencionistas, para que voten y se sumen a su proyecto, el cual ha conseguido ya el apoyo del Partido Socialista (PS), Los Verdes y el Partido Comunista (PC).
De esta manera, la unión del movimiento FI, el PS, el PC y Los Verdes dio nacimiento en días recientes a la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), la cual es, sobre todo, un bloque popular en contra de la derecha y la extrema derecha, como lo han referido quienes lo integran.
Algunas de las propuestas de la NUPES son:
- Revalorización del salario mínimo a 1,400 euros netos mensuales.
- Derecho de pensión a los 60 años.
- Desarrollo de los servicios públicos y rechazo a su privatización.
- Desobediencia europea, es decir, desacatar algunos tratados del Viejo Continente, para poner fin al curso liberal y productivista de la Unión Europea (UE), lo cual no significa salir de ésta ni el fin del euro.
- Planificación ecológica: el Gobierno no deja en manos del mercado la suerte de la humanidad y dirige él mismo la construcción de una economía sostenible en el plano humano y ecológico.
- Establecimiento de la Regla Verde en la Constitución: una normativa que permitirá no agotar más recursos renovables de los que el planeta puede reconstituir, además de no producir más desechos de los que la tierra puede absorber.
Las próximas elecciones legislativas en Francia podrían derivar para el presidente Emmanuel Macron en un escenario en el que durante su quinquenio enfrente a una mayoría parlamentaria de orientación política distinta.
La cohabitación política limitaría el margen de maniobra del presidente de la República, el cual ya no podría apoyarse en su primer ministro para llevar a cabo su programa de gobierno.
Al existir divergencia de mayorías (presidencial y parlamentaria), se presenta una lectura constitucional del régimen político de tipo primoministerial, así como una aplicación del poder de naturaleza parlamentaria, en lugar de una lectura constitucional del régimen político de tipo presidencialista. En periodo de cohabitación, el primer ministro se libera de la tutela del presidente de la República y ejerce las facultades que le atribuye la Constitución de 1958, cuyo artículo 20 refiere que el Gobierno determina la política de la nación, dispone de la administración pública y de la fuerza armada.
Por su parte, el presidente de la República se ve disminuido en su papel y se limita a ejercer sus competencias exclusivas. El artículo 5 constitucional lo hace responsable de garantizar, por medio de su arbitraje, el funcionamiento regular de los poderes públicos, así como la continuidad del Estado. También es garante de la independencia nacional, de la integridad del territorio y del respeto a los tratados internacionales.
En caso de lograr la confianza mayoritaria del electorado, la cohabitación política quedaría instalada desde el inicio del quinquenio. Sin embargo, si la NUPES no obtiene la referida mayoría legislativa, entonces la recién nombrada primera ministra Elisabeth Borne, designada por el presidente Macron y su mayoría parlamentaria actual, continuará en su responsabilidad.
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