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Biden en busca del voto juvenil con créditos a estudiantes

Ulises Lara López

En Estados Unidos, uno de los temas que más preocupa a los estudiantes al concluir su educación secundaria, y que quieren continuar con los estudios universitarios, son los altos costos de la educación superior.

Según un análisis del Departamento de Educación del vecino país, desde 1980, el costo de las universidades, públicas y privadas, se ha triplicado.

Por esa razón, muchos padres ahorran toda una vida para poder enviar a sus hijos a la Universidad; por otra parte, existen varias opciones y tipos de ayuda financiera para ayudar a pagar la educación superior.

Ello incluye subsidios, becas de programas federales de trabajo y estudio y préstamos estudiantiles provenientes de recursos financieros del gobierno y de empresas privadas (como bancos, cooperativas de crédito, agencias estatales o instituciones educativas).

Quien no tiene los recursos suficientes y quiere cursar una carrera puede optar por solicitar un préstamo estudiantil que le ayudará a cubrir los gastos de educación y que, más adelante, deberá devolver con intereses; ello implica tener deudas que exigen su devolución en cuotas que se deberán pagar después de que el estudiante universitario se gradúe e incluso si deciden no concluir la carrera.

Al solicitar un crédito para los estudios, automáticamente los alumnos ya deben al Estado y a entidades privadas una buena suma de dinero, sobretodo porque todo el sistema universitario estadounidense, que incluye las escuelas públicas y los colleges comunitarios, es de paga.

Esta condición mantiene una preocupación latente en miles de universitarios en Estados Unidos y, de acuerdo con cifras del Departamento del Tesoro y del portal Education Data Initiative, actualizadas a 2021, estos préstamos representan casi el 6% de la deuda total de ese país.

Por todo ello, es trascendental la medida anunciada hace unos días por el presidente norteamericano Joe Biden, en relación a la condonación parcial de la deuda universitaria que, para los analistas representa un guiño a los votantes jóvenes. Lo cierto es que atiende, más allá, de una promesa de campaña del mandatario con la que se espera beneficiar a unos 43 millones de estadounidenses, que verán recortado su préstamo en 10 mil dólares. Este hecho, para muchos, será aliviar una deuda que la mayoría de las veces hipoteca décadas de vida laboral de los profesionistas.

Otros beneficiarios de iniciativa presidencial serán quienes reciben la Beca Pell, misma que se otorga a estudiantes universitarios con necesidades económicas excepcionales y que no han obtenido una licenciatura, un posgrado o un título profesional, que no tiene que pagarse, excepto en ciertas circunstancias, según la Oficina de Ayuda Federal para Estudiantes (FSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Educación; en este caso la deuda será recortada en 20 mil dólares por persona. La cobertura de esta beca barca a unos seis millones de estudiantes.

De acuerdo a un comunicado emitido por la Casa Blanca, las Becas Pell, que anteriormente llegaron a cubrir casi el 80% de la carrera universitaria en alguna institución pública, ahora solo cubren un tercio. Eso ha dejado a muchos estudiantes

de familias de bajos y medianos ingresos sin otra opción que pedir prestado si quieren obtener un título.

Según análisis del Departamento de Educación, en EU, el estudiante universitario que recurre a préstamos para solventar su carrera, se gradúa con una deuda promedio de casi 25 mil dólares.

De acuerdo a su reciente propuesta, el presidente Biden cree que una educación posterior a la escuela secundaria debería ser una entrada hacia una vida de clase media, pero para muchos, el costo de los préstamos para la universidad es una carga de por vida que los priva de esa oportunidad.

Respecto de ello, las autoridades del vecino del norte, prevén que la medida liberará cientos de miles de millones de dólares para incrementar el consumo en momentos de ralentización económica.

Las cifras refieren que, alrededor de 45 millones de estadounidenses han pagado sus estudios universitarios con préstamos, que suponen en total 1,6 billones de dólares; la mayor parte de ellos son préstamos federales que han aplicado para el pago de matrículas, tanto en universidades privadas como públicas. Situación muy por encima que en el resto de los otros países ricos y que supera con creces el volumen de los préstamos para automóviles, tarjetas de crédito o cualquier otra deuda de consumo, con excepción de las hipotecas.

La deuda acumulada de los préstamos estudiantiles federales en EU, es una carga importante para la clase media estadounidense. Alrededor del 16% de los prestatarios está en mora, lo que puede resultar en que el gobierno embargue los salarios de un prestatario o reduzca el puntaje crediticio de un prestatario, según estimaciones del Departamento de Educación.

En México, una de las grandes fortalezas para el Sistema Educativo Nacional es el programa de becas que busca contribuir a disminuir las brechas económicas que obstruyen el ejercicio constitucional, y humano, de toda persona que, en el territorio nacional, tiene para de acceder a la Educación pública y gratuita en todos los niveles con lo que se propician las condiciones para el bienestar y el desarrollo social.

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