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Pedagogía del oprimido con corridos tumbados

Ulises Lara López

Hace unos días el mensaje de un profesor de Secundaria se volvió viral en redes sociales, ya que, a través de ello, pidió al cantante Peso Pluma que hiciera un corrido con las tablas de multiplicar o con los estados de la República Mexicana.

Lo que motivó al maestro Raymundo Palomo García a publicar la petición en su cuenta de Facebook, el pasado 11 de abril. Es que los alumnos se aprenden muy rápido los corridos del cantante.

Al respecto, Hassan Emilio Kabande Laija, nombre real del artista, reaccionó al mensaje con un ¨Me encanta¨, además de responder que pronto se pondrían en contacto con él.

Tras ello, el docente afirmó en entrevistas con algunos medios de comunicación, que fue un gran logró haber captado la atención del artista que, con sus corridos tumbados, compite o rebaza en popularidad con cantantes como Bad Bunny, Rosalía o Shakira, y que en las últimas semanas encabeza la lista del Top de Spotify México.

El hecho ha generado comentarios en diversos espacios y, sobre todo, en redes sociales donde ha habido expresiones que indican que no estaría nada mal que Peso Pluma, cantante del momento entre los jóvenes, compusiera algunas canciones educativas.

Otras expresiones están en desacuerdo y precisan que el trabajo de enseñar es de los docentes, no del artista.

Lo cierto es que, por un lado, más allá de la popularidad, los logros económicos, los triunfos y éxitos que se pueden generar con el desarrollo del talento y la creatividad artística y, por el otro, de la formación pedagógica, la capacitación e innovación de técnicas y opciones de aprendizaje; la música, mediante sus diversos géneros, es una herramienta didáctica. Ésta contribuye al desarrollo formativo, el aprovechamiento de los conocimientos y detona el talento y las habilidades de niños, adolescentes, jóvenes y adultos.

De manera específica, no se puede negar que, a lo largo de la historia de México, los corridos han acompañado al aprendizaje colectivo y a los movimientos y momentos sociales y, aunque pueda pensarse que son cosa del pasado, hay quienes los siguen recreando.

En otros casos, hace dos años, el cantante de corridos tumbados, Natanael Cano, despertó polémica hacia el sistema educativo en México. A través de redes sociales dijo que «la escuela de la vida no falla ni termina» y pidió a los padres dejar «de educar a sus hijos para ser empleados. […] Las mejores ideas a veces no ocupan un título de universidad; dejen a sus hijos hacer lo que les apasiona», afirmó.

Por su parte, los integrantes del grupo norteño “Libro Abierto” bailan, cantan y zapatean sobre el escenario y entonan corridos. Pero no cualquier clase de corridos, sus letras dicen algo más, de sus palabras sale literatura dedicada para los niños, y así, fomentarles el hábito y el amor por la lectura.

Los integrantes de este grupo, resaltan que su intención es dar conocer a los pequeños la literatura y las obras de los grandes maestros y así fomentar en ellos la educación “y a la vez, como una vuelta de tuerca, para revalorizar nuestra música tradicional mexicana”. Sus corridos son tan variados como las obras literarias y sus letras narran contenidos sociales. Canciones como “´Jack el Destripador´, que está dedicado a las mujeres ausentes de Juárez, ´20 Poemas de Amor y Una Canción Anorteñada´, ´La Casada Infiel´ de García Lorca, ´El patito feo´ que es un corrido antibullying”.

Ante la popularidad y seguidores que alcanzan estos jóvenes artistas, no es menor el hecho de la influencia y el posicionamiento de sus ideas en los adolescentes que adoptan los contenidos de su música.

Frente a ello no se debe dejar de resaltar la importancia de las formas de enseñanza que pretender ser efectivas para el desarrollo formativo de los estudiantes; dichos mecanismos deben estar acordes a sus objetivos en su tiempo y espacio.

La pedagogía es la ciencia dedicada al estudio del proceso de la enseñanza y el aprendizaje. A su vez, esta ciencia nos ha demostrado que la didáctica nos otorga las herramientas para acercar al alumnado al conocimiento. Entre esas herramientas el juego y la música permiten la comprensión y la divulgación de las ciencias. El debate entonces no es la utilidad del ritmo o el género musical, sino los resultados. Como el aprendizaje de un nuevo idioma, su vocabulario, gramática, e incluso sus slangs, mediante las canciones de un artista del género de elección.

Sabemos que muchos de los contenidos de algunas melodías afines se han calificado de misoginas, homofóbicas o con apologías de la violencia y el narcotráfico. Hagamos posible que con otros contenidos actualicemos al educador.

Paulo Freire a 102 años de su nacimiento, con su “Pedagogía del Oprimido”. Freire fue un pedagogo de la escuela crítica que consideraba a la educación como un actor cultural. Advertía de los peligros de las “invasiones culturales camufladas”, precisamente para evitar la manipulación y las falsas admiraciones.

Tomemos en cuenta esta prevención. Sepamos reconocer entre el entretenimiento de situación y lo didáctico de formación en términos pedagógicos y epistemológicos (de la adquisición del conocimiento). La cultura, la música y la educación nos ofrecen un sin número de espacios de convergencia, la invitación sería: familiaricémonos más con aquellos espacios formativos sin tener que dejar de lado nuestros variados y diversos gustos musicales.

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