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Es el cocodrilo y ejemplar de fauna silvestre más grande que ha ingresado con vida al Zoológico; ingresó en 2019 tras haber sido capturado en la comunidad “Los Pinos

Francisco Mendoza / Diario de Chiapas

Las actividades de septiembre en el interior del Zoológico Regional Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), han sido protagonizadas por la exposición de la taxidermia de El Grande, un magnífico ejemplar de cocodrilo de río, que debe su nombre a que, hasta el día de hoy, es el cocodrilo y ejemplar de fauna silvestre más grande que ha ingresado con vida al ZooMAT.

El Grande ingresó al zoológico en la madrugada del 8 de noviembre del 2019 tras haber sido capturado en la comunidad “Los Pinos”, cerca del Puente Chiapas, por algunos de sus pobladores, quienes solicitaron apoyo para el rescate del ejemplar.

En el sitio referido se halló al cocodrilo inmóvil, pero aún con vida, tendido en el suelo y amarrado, por lo que se procedió a contenerlo debidamente para su traslado. Pudo observarse que presentaba múltiples lesiones en la cabeza, la mayoría provocadas por impactos de bala, que entre otras cosas lo habían dejado ciego.

A su arribo al zoológico de inmediato se le realizaron curaciones en la cabeza retirando restos de 17 proyectiles, se le administraron analgésicos y antibióticos. Posteriormente fue pesado, medido y sexado, con lo que se supo que se trataba de un macho con una longitud de 4.13 metros y un peso de 293 kilogramos.

El ejemplar fue colocado dentro de un recinto para su recuperación y monitoreo, pues presentó serias hemorragias nasales y orales, además de nula movilidad del brazo derecho que mostró una lesión profunda a causa de un balazo que estalló el húmero. 

En su estanque le fueron aplicadas fitoterapias de manera programada durante las siguientes 3 semanas, ya que éstas han demostrado ayudar de manera significativa a la recuperación de ejemplares junto con la farmacología veterinaria. Durante su monitoreo mostró problemas de flotabilidad, viéndose afectado el flanco derecho, respiraba con dificultad debido a que debía hacerlo abriendo el hocico.

A pesar de los cuidados recibidos el ejemplar exhaló su último aliento al medio día del 30 de diciembre del 2019, a consecuencia de las múltiples lesiones causadas por bala, entre las cuales destacó una que estalló el húmero dejando expuesta la médula ósea, lo que causó una infección sistémica.

Al analizar las lesiones que este ejemplar presentó por impacto de bala, su ubicación y cantidad (59 restos recuperados en total), se llegó a la conclusión de que no fueron consistentes con disparos a largo alcance.

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