M de R/Diario de Chiapas
La falta de medidas básicas para evitar contagios de COVID-19 propició la emergencia que hay en el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, donde más trabajadores están resultando positivos a la prueba que detecta el virus SARS-CoV-2.
Aunque desde hace más de 10 días trabajadores del gobierno de la ciudad denunciaron el aumento en los casos, no se hizo nada para cortar la cadena de transmisión y las actividades continuaron con normalidad, como también las carencias que desde el año 2020 fueron denunciadas, por ejemplo, la falta de cubrebocas disponibles para los empleados, la distancia entre escritorios, la falta de alcohol en gel y líquidos que ayuden en la desinfección de las manos.
Las mismas carencias que el año pasado se mostraron en repetidas ocasiones continúan este 2021, contribuyendo a que las oficinas sean verdaderos focos de contagio entre trabajadores, porque hasta las tomas de muestra de temperatura se realizan al gusto de los encargados, sin tomar en cuenta la sintomatología diversa que acompaña a esta enfermedad.
Pero al agravarse la situación, este miércoles la presidenta municipal interina, Karla Burguete Torrestiana, no tuvo más que ordenar acciones urgentes, tal vez demasiado tarde, cuando ya son varios los empleados que volvieron a sus casas conformados con el virus en su sistema.
Hasta este miércoles, fiel al estilo de gobernar de los últimos tres años, la funcionaria negó el problema, pero los casos resultaron suficientes como para tratarlos como hechos aislados.
Tuvo que esperar a que más trabajadores resultaran contagiados para entonces ordenar medidas, como continuar las actividades en entornos seguros, es decir, desde casa en la medida de lo posible.
Y aunque no se prevé suspender actividades, aparentemente en el Ayuntamiento la prisa que ahora tienen es por detectar la mayor cantidad posible de casos, algo que resultará complejo ya que la presencia de una nueva variante, más contagiosa, es algo que debieron haber previsto semanas atrás.
