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Investigación chiapaneca sobre nanopartículas interesa a Japón

Marco Alvarado/Diario de Chiapas

El estudio de las nanopartículas, que realiza el Instituto de Investigación e Innovación en Energías Renovables, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), interesó a un grupo de investigadores japoneses por el aporte que ofrece para el desarrollo de sistemas catalíticos estables, eficientes y durables, que son necesarios para reducir las emisiones contaminantes al medio ambiente.
La línea de investigación desarrollada en la Unicach, en la que participaron la estudiante de posgrado, Keyla Escobar Gómez, y el investigador de esta universidad, Juan Reyes Nava, dio como resultado la creación de un algoritmo qué hace más eficiente los convertidores catalíticos a través del uso de metales como el oro, y de la combinación de bimetales como el oro-plata, rodo-iridio, y oro-paladio “encontrando la combinación qué resulta más estable y por ende más eficiente para su aplicación práctica en la industria”, explicó Reyes Nava.
Las combinaciones demuestran ser más efectivas para evitar que compuestos nocivos para la salud humana y el medioambiente sean expulsados a la atmósfera como resultado de la combustión, y también son de ayuda en la obtención de nuevas formas de energías limpias.
De hecho, como lo explicó el investigador, estas combinaciones bimetálicas ya se emplean, aunque las investigaciones para comprender cuáles son las mejores combinaciones están en desarrollo, y es ahí donde el aporte de la Unicach resultó valioso para los científicos japoneses.
“Lo valoran como algo útil, y de hecho corroboraron lo que nuestra investigación arrojó, al establecer cuál debe ser el proceso químico para que las partículas se comporten de un modo estable a lo largo de la vida útil del catalizador, y con ello que se fabriquen productos durables a costos más bajos”, explicó Nava.
Como lo informó anteriormente Diario de Chiapas, los investigadores chiapanecos lograron esto empleando unidades de procesamiento gráfico, conocidos como GPU, que en los últimos años se construyeron de forma más sofisticada para cubrir las exigencias en el mundo de los videojuegos.
“De hecho no solo la codificación, el algoritmo también lo construimos para ser ejecutados en estos procesadores, que son los cerebros en las consolas de juego, pero también tienen aplicación para la ciencia, porque han tenido importantes desarrollos y compiten ahora con las computadoras complejas que se emplean en laboratorio, porque tienen la eficiencia y velocidad para hacer los cálculos que necesitamos”, comentó Reyes Nava.

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