- La iglesia Católica dijo que es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando
- Criticó “por la insensibilidad y la pérdida de todo respeto a la dignidad humana; “no es útil negar la realidad”, dice el Episcopado Mexicano
Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
Con más de 122 mil asesinatos en los últimos tres años, el reciente crimen de un civil y de dos sacerdotes jesuitas dentro del templo católico de Cerocahui, en la región de la Tarahumara en Chihuahua, no es más que una muestra de la crisis que hay en México, señaló la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Al mensaje de la CEM se han unido las diócesis católicas del país, preocupados “por la insensibilidad y la pérdida de todo respeto a la dignidad humana”, que está provocando la pérdida de miles de vidas inocentes que llenan de luto a familias enteras.
Para el clero católico, la extensión de las actividades criminales trastoca la vida cotidiana de toda la sociedad, afectando las actividades productivas en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas; se han adueñado de las calles, de las colonias y de pueblos enteros.
“Lo más grave, han llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo”.
En mensaje dirigido al gobierno federal, urgieron a trabajar para la reconstrucción del tejido social, para poder pacificar al país.
“Ante la gravedad de los hechos, hacemos un llamado porque es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando. Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen”.
Para la Iglesia Católica mexicana “no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que toca resolver ahora”.
