José Cancino / Diario de Chiapas
La presidenta municipal de Tuxtla Chico, Deysi González Aguilar, negó un permiso a ciudadanos de este municipio para realizar una asamblea en el parque central y tratar el tema relacionado a los daños ocasionados a la zona arqueológica Izapa, donde en pasados días maquinaria pesada rompió patrimonios históricos para iniciar la construcción de un fraccionamiento.
Pese a la negativa de la alcaldesa, los pobladores se reunieron en una calle aledaña a la alcaldía, donde por más de una hora discutieron las consecuencias, a pesar de la tenue llovizna que cayó.
En voz de Juan Bolaños, integrante de un frente social en Tuxtla Chico, el daño a la zona arqueológica es irreversible, dado que en el montículo número 46 existían piezas arqueológicas que fueron dañadas y son irreparables.
Los inconformes expusieron que ya procedieron conforme a ley ante las autoridades competentes, para que se sancione a los responsables de este atroz atentado contra la riqueza cultural de la etnia Maya en la frontera sur.
Por su parte, el investigador Ajax Moreno señaló que la riqueza cultural de la zona Izapa es monumental, por lo que los daños que se han realizado a esta zona donde hay vestigios ricos en historia no debe quedar impune.
“Hemos descubierto que hay daños en varios vestigios del montículo 46, hay daños en algunas piezas que estaban allí y que no son recuperables”, expuso.
El especialista en la cultura maya señaló que actualmente otro problema grave es la contaminación que prevalece en el río Izapa, donde han dejado de existir especies de peces que con anterioridad se veían.
Los congregados expusieron que las autoridades federales deben investigar a la presidenta municipal, ya que dicha autoridad debió de estar enterada de las tareas de remoción y construcción que se iniciarían en esta zona arqueológica.
