Ainer González / Diario de Chiapas
La mayoría de las mujeres que laboran en Chiapas, no tienen garantías en materia de salud.
En Chiapas, ser mujer, trabajar y no tener acceso a servicios de salud es una realidad que se repite con alarmante frecuencia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al cuarto trimestre de 2024, la población económicamente activa ocupada (PEAO) femenina sin acceso a instituciones de salud fue de 561 mil 358 mujeres, lo que representa el 81.1 por ciento de las mujeres trabajadoras en el estado.
Las cifras señalan que Chiapas se ubicó en el primer lugar nacional con mayor proporción de mujeres en esta condición. En comparación con el mismo periodo del 2023, la situación se agravó: 18 mil 690 mujeres más carecían de atención médica institucional, lo que significó un incremento del 3.40 por ciento.
María del Rosario, vendedora ambulante en el centro de Tuxtla Gutiérrez, comentó que ha trabajado por más de diez años sin estar afiliada a ninguna institución de salud.
“Cuando me enfermé el año pasado, tuve que pedir prestado para pagar una consulta particular. A veces uno aguanta, no por fuerza, sino porque no hay de otra”, expresó.
El testimonio de María del Rosario no es exclusivo, atrás de los números se encuentran miles de mujeres que trabajan todos los días en condiciones precarias, sin prestaciones laborales ni protección social. Algunas realizan labores domésticas, otras venden en la calle, atienden pequeños comercios o trabajan por su cuenta, sin contrato ni respaldo legal.
De acuerdo con los datos del Inegi, estas cifras no solo reflejan un problema de acceso a la salud, sino una brecha de desigualdad estructural que enfrentan las mujeres trabajadoras. En muchos casos, se trata de quienes mantienen a sus familias, pero que no pueden acceder ni siquiera a una consulta médica sin poner en riesgo sus ingresos diarios.
La precariedad laboral femenina en Chiapas no se mide sólo por el salario, sino por la falta de oportunidades y garantías básicas para vivir dignamente. Enfermarse, para muchas, significa detener la vida cotidiana sin alternativas, ni apoyo.
