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Dr. Guillermo Flores Flores

DETECCIÓN DEL CÁNCER 

DE MAMA TEMPRANO

E

l cáncer de mama temprano, intermedio u avanzada representa un verdadero desafío para el oncólogo, especialmente porque en muchas ocasiones es el último profesional de la medicina en tener contacto con la paciente enferma de cáncer de mama.  Quizá un problema muy grave para la sociedad es el hecho de que para 130 millones de habitantes se cuenta con aproximadamente 3000 expertos en oncología, de diversas subespecialidades  es decir sumando a oncólogos quirúrgicos, oncólogos médicos, radiooncologos, etc.  En nuestro medio esto conduce a que la paciente con cáncer de mama independientemente del estadio clínico en que se encuentra  requiere primero que nada atención especializada para que reciba las mejores  opciones de tratamiento. Esto quiere decir que en nuestro medio debemos buscar la atención más especializada una vez que se sospecha de una enfermedad maligna, en este caso cuando se sospecha la presencia de cáncer de mama. 

Las pruebas de detección del cáncer de mama consisten en revisar las mamas de la mujer para detectar el cáncer antes de que aparezcan signos o síntomas de la enfermedad. Es decir necesitamos incorporar  el concepto de prevención en todas las mujeres en edad madura y mayor y aun en hombres ya que el cáncer de mama  en varones si bien es poco frecuente, pero también se puede presentar.  Todas las mujeres deben recibir información por parte de su proveedor de atención médica, llámese médico, enfermera, etc. acerca de las mejores opciones de pruebas de detección para ellas. Se llama tomar decisiones informadas y compartidas cuando le comunican los beneficios y riesgos de las pruebas de detección, y cada paciente decide con su especialista  de atención médica si la prueba de detección es adecuado en su caso—y, en caso afirmativo, cuándo lo tiene. 

NUNCA SE DEBE OLVIDAR QUE EL ESPECIALISTA MAS CALIFICADO  ES EL PRACTICANTE DE LA ONCOLOGIA  ya que como decíamos en nuestra país existe un déficit de expertos con título en el área de la oncología sin embargo se debe aceptar  que existe un grupo de profesionistas que han estado en contacto con la práctica de la oncología y pueden ofrecer alternativas suficientes para introducir a los pacientes con el especialista calificado.

Aunque las pruebas de detección del cáncer de mama no pueden prevenir esta enfermedad, ellas pueden ayudar a encontrar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando es más fácil de tratar.  

Es recomendable  que las mujeres entre 50 y 74 años de edad, principalmente  considerando que tengan un riesgo promedio de cáncer de mama, se hagan una mastografía cada dos años. Las mujeres entre 40 y 49 años de edad deben buscar un  médico  calificado u otro proveedor de la salud para decidir sobre bases científicas sobre cuándo deberían comenzar a hacerse mastografías y con qué frecuencia. Las mujeres, una vez informadas de manera suficiente  deberían sopesar los riesgos y beneficios de las pruebas de detección para decidir si deben empezar a hacerse mamografías antes de los 50 años de edad.

Puede hacerse la prueba de detección del cáncer de mama en un centro médico, un hospital o en un consultorio. Si desea hacerse una prueba de detección del cáncer de mama. Es necesario recordar  que CUALQUIER MASA O NODULO QUE APARECE EN LA MAMA DE UNA MUJER MADURA DEBE SOMETERSE A UN PROTOCOLO QUE INCLUYA UNA BIOPSIA PARA IDENTIFICAR LESIONES QUE PUEDEN SER MALIGNAS.

Las mastografías son radiografías de las mamas. Para muchas mujeres, las mastografías son el mejor método para detectar el cáncer de mama en sus etapas iniciales, cuando es más fácil de tratar y antes de que sea lo suficientemente grande para que se sienta al palpar o cause síntomas. Hacerse mastografías con regularidad puede reducir el riesgo de morir por cáncer de mama. En este momento, una mastografía es la mejor manera de detectar el cáncer de mama para la mayoría de las mujeres en edad para hacerse pruebas de detección.

En la resonancia magnética de las mamas se utilizan imanes y ondas de radio para tomar fotografías de las mamas. La resonancia magnética de las mamas se utiliza junto con las mamografías para examinar a las mujeres que tienen un riesgo alto de presentar cáncer de mama. No se usa en las mujeres que tienen un riesgo promedio porque la resonancia magnética de las mamas puede tener un resultado anormal aun cuando no haya cáncer.

Un examen clínico de las mamas es un examen hecho por un médico o una enfermera que usa sus manos para detectar bultos u otros cambios.  Estar familiarizada con cómo se ven sus mamas y cómo se sienten al tacto puede ayudarla a notar síntomas como bultos, dolores o cambios en el tamaño que puedan causar preocupación. Esto puede incluir cambios detectados durante un autoexamen de las mamas. Le debe informar todos los cambios que note a su médico o proveedor de atención médica.  Desde luego no se ha encontrado que los exámenes clínicos de las mamas ni los autoexámenes disminuyan el riesgo de morir por cáncer de mama, pero pudieran ofrecer calidad de vida.  Todas las pruebas de detección tienen riesgos y beneficios; por eso es importante hablar con el oncólogo antes de hacerse cualquier prueba de detección, como una mamografía.  El beneficio de las pruebas de detección es que se puede encontrar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando es más fácil de tratar.

Los perjuicios pueden incluir en nuestro medio el tener un resultado falso negativo en la prueba, que es cuando un médico  no ve algo que pudiera  ser cáncer,  y retrasa su detección.  En nuestro medio ocasionalmente el retraso de la atención especializada se debe a la ignorancia de algunas personas que hacen estudios de imagen y a pesar de ver lesiones “estrelladas”  altamente sugestivas de cáncer y tributarias de una biopsia, a quienes algunas personas que toman ultrasonidos o estudios semejantes que le dicen a la paciente “que se trata de una bolita de sebo”  o de “bolita de fibrosis”  u otras expresiones más que inducen una falsa confianza en las pacientes afectadas por nódulos tempranos y que buscan atención especializada de manera tardía reduciendo las esperanzas de sobrevida.

Esto puede llevar a hacerse más retrasos en el diagnostico verdadero pero que requieren  más cantidad  de pruebas, lo cual puede ser caro, invasivas, llevar mucho tiempo y causar ansiedad  y tristemente retraso en el diagnóstico  oportuno.

Las mastografías también pueden pasar por alto algunos cánceres, conduciendo a un  un resultado falso negativo, que puede retrasar la detección y tratamiento de cáncer.

Los exámenes de detección temprana encuentran enfermedades antes de que aparezcan los síntomas. El objetivo de la detección temprana es detectar una enfermedad en su etapa más temprana y más tratable. Para que pueda ser ampliamente aceptado y recomendado por los médicos, un programa de detección temprana debe cumplir con una serie de criterios, que incluyen la reducción del número de muertes por la enfermedad.

Las pruebas de detección pueden incluir pruebas de laboratorio que evalúan la sangre y otros líquidos, pruebas genéticas que buscan marcadores genéticos heredados asociados a la enfermedad, y exámenes por imágenes que producen imágenes del interior del cuerpo. Estas pruebas generalmente están disponibles para la población en general. Sin embargo, las necesidades de una persona con respecto a una prueba de detección se basan en factores tales como la edad, el sexo y los antecedentes familiares. En la detección temprana del cáncer de seno, una mujer que no tiene signos o síntomas de cáncer de seno se somete a uno de los siguientes exámenes del seno:

Examen clínico de seno: un examen físico del seno realizado por un médico u otro profesional de la salud.

    Mastografía: un examen por rayos-X de dosis baja que produce imágenes del seno denominadas mastografía. La mastografía juega un papel central en la detección temprana del cáncer de seno, ya que puede identificar cambios en los senos, antes de que el médico o el paciente los puedan sentir. Las investigaciones han mostrado que las mastografías anuales pueden ayudar a detectar los cánceres de seno en forma temprana, etapa en la que hay mayores posibilidades de curación y donde existe la posibilidad de realizar terapias conservadoras de los senos. La mastografía también puede identificar un carcinoma ductal in situ (CDIS), células anormales en el revestimiento del conducto del seno que pueden convertirse en un cáncer invasivo. La mastografía es la única herramienta de detección temprana del cáncer de seno capaz de reducir las muertes causadas por la enfermedad.

Muchos estudios han mostrado que el ultrasonido y la resonancia magnética nuclear (RMN) pueden ayudar a complementar la mastografía, detectando los cánceres de seno que podrían no ser detectables con una mastografía  solamente. Ni la RMN ni el ultrasonido pueden reemplazar a la mastografía. Más bien, se utilizan en combinación con la mastografía en un grupo selecto de mujeres. Las mujeres deben consultar con sus respectivos médicos o radiólogos para determinar si la RMN o el ultrasonido son adecuados para ellas.

 La RMN del seno se puede usar en las mujeres con alto riesgo de cáncer de seno, generalmente debido a un fuerte historial familiar de la enfermedad.

    El ultrasonido del seno se puede usar en las mujeres que presentan un alto riesgo de cáncer de seno y que no se pueden someter a un examen de RMN, o las mujeres que están embarazadas y no deben ser expuestas a los rayos X utilizados en la mastografía. El ultrasonido del seno también se puede utilizar para identificar a las mujeres que tienen tejidos densos en los senos; esto significa que tienen una gran cantidad de conductos, glándulas, tejido fibroso, y menos grasa, lo que hace que sea más difícil encontrar los cánceres con la mamografía tradicional.    

Las mujeres que presentan un alto riesgo de cáncer de seno incluyen a aquellas que tienen:   una mutación en los genes BRCA1 0 BRCA2

En un examen clínico de los senos, el médico palpa cuidadosamente los senos y las axilas para detectar bultos o cualquier otra cosa inusual. Las mujeres también pueden realizarse un autoexamen de los senos, palpando sus propios senos en busca de bultos o cambios de tamaño o forma. El examen clínico de los senos, y el autoexamen de los senos, pueden ayudar a las mujeres a familiarizarse con el aspecto y el tacto de sus propios senos y a identificar más fácilmente los cambios.

Durante la mamografía, un tecnólogo radiológico especialmente calificado ubicará su seno en la unidad de mamografía. Se coloca su seno en una plataforma especial y se lo comprime con una paleta (generalmente hecha de Plexiglás transparente u otro tipo de plástico). El tecnólogo comprimirá su seno gradualmente y, mientras usted se mantiene inmóvil. Generalmente se toman dos imágenes de cada seno, una imagen generando una vista desde la parte superior hasta la inferior del seno y una imagen produciendo una vista en ángulo de lado a lado.

La tomosíntesis de seno, también denominada mamografía tridimensional (3-D), es un tipo avanzado de toma de imágenes del seno que utiliza una dosis baja de rayos X y la reconstrucción por computadora para crear imágenes del seno. Ayuda en la detección temprana y diagnóstico del cáncer de seno antes de que la mujer tenga síntomas. La tomosíntesis de seno aún no se encuentra disponible en todos los centros de imágenes.

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