José Cancino / Tapachula
Migrantes centroamericanos que permanecen varados en Tapachula, protestaron ayer afuera de las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para exigir al gobierno mexicano que se agilicen los trámites y peticiones de refugio en la frontera sur.
Los extranjeros aseveraron que debido a la presión que se ha ejercido sobre ellos, al no permitirles estar en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) e instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), optarán por irse a plantar a los domicilios particulares del titular del INM, Aristeo Taboada, y la subdelegada federal, Paola Rodas, para que entiendan la dimensión del problema migratorio en Tapachula.
Acompañados por el activista Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, los provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, apuntaron que no pueden salir de esta región del estado porque podrían ser detenidos por el INM, que mantiene inactividad en la expedición de visas o permisos de tránsito por México.
Añadieron que a la fecha son miles de migrantes los que tienen que esperar en Tapachula, en condiciones infrahumanas y con la pandemia azotando a todo lo que da, por lo que pidieron a la CNDH que ahonde en esta situación.
Por su parte, García Villagrán señaló que son más de 60 mil migrantes los que están varados ahora en Tapachula, lo que evidencia la crisis humanitaria que se vive en este lugar.
“Son tácticas dilatorias del gobierno mexicano para evitar que los migrantes lleguen a otras partes del país, se muevan de aquí, los quieren tener aprisionados en esta parte del país”, apuntó.
Evidenciaron también todos los trámites que están detenidos o postergados, incluso citas que se han dado para dentro de dos meses, mientras los extranjeros tienen que esperar en condiciones de hambre y sin techo.
Ante esto, pidieron a la comunidad internacional voltear a ver a esta parte del país, donde el fenómeno migrante recrudece.
