Cristian Castro/ Palenque
El 21 de diciembre se celebró la llegada del invierno y con ello también el solsticio invernal, el cual se celebra como un día muy importante en el que se marcan cambios, avances y renovación espiritual, física y emocional, que además abre una puerta para cambiar la energía, a darle un soplo de aire fresco a la rutina y a quitar de encima toda la “mala onda” y la envidia que nos rodea.
En cuanto a la cultura Maya, el solsticio de invierno significaba el cambio en sus cosechas, el inicio del descanso de la tierra para el próximo ciclo y el nacimiento del nuevo sol, por lo que está marcado dentro del calendario Maya como una fecha muy especial y que representa una llenura espiritual y mágica.
Es por ello que en la Zona Arqueológica de Palenque diferentes grupos de personas realizaron actividades relacionadas con esta estación del año en las que retomaron algunos elementos prehispánicos, mostrando danzas, cantos y ceremonias, con los que también se llenan de energía y le dan a su vida una renovación y un nuevo aire, que, de acuerdo a sus creencias, ayudan a iniciar a concluir este año y a iniciar el nuevo de mejor manera.
Sin duda un día muy importante que pudieron disfrutar los visitantes en esta zona arqueológica que representa a una de las ciudades más importantes de la cultura Maya y el cual acaba de abrir sus puertas al Palacio Principal luego de que concluyeran los trabajos de conservación que el INAH estaba realizando como parte del Proyecto de Conservación de Zonas Arqueológicas del Tren Maya, que va a ayudar a que los turistas puedan tener una mejor experiencia cuando las visiten.
Peregrinan para pedir que llueva
6 de mayo de 2024
