A pesar de que el terreno fue comprado hace más de 20 años, problemas legales y el fallecimiento del Dr. Vega Benítez impidieron formalizar la escritura; el clérigo sobornó a autoridades
Álvaro López / Huixtla
Jesús Eduardo G.C., quien es sacerdote, está intentando apropiarse a toda costa de un terreno comercial que fue dejado en herencia a los dos hijos menores del fallecido médico Rufino Vega Benítez.
Dicho terreno fue adquirido hace más de 20 años por el Dr. Rufino Vega Benítez a través de un contrato simple con la señora Martha Castellanos R. Sin embargo, debido a problemas de salud de la esposa del Dr. Vega Benítez, no lograron formalizar la escritura correspondiente.
En el año 2018, el Dr. Vega Benítez solicitó a la vendedora la escritura correspondiente, pero Castellanos R. se negó a firmar el documento y exigía más dinero para hacerlo. Ante esta situación, Vega Benítez inició un juicio civil para obtener la escritura, pero lamentablemente falleció en el año 2019.
Eduardo G.C., el sacerdote, al enterarse del fallecimiento de Vega Benítez, se trasladó al municipio de Huehuetán y, mediante sobornos a las autoridades correspondientes, logró tramitar una escritura a su nombre. Cabe destacar que en Huixtla, donde se encuentra el terreno, esto no habría sido posible, ya que los notarios de la ciudad conocen ampliamente quién es el legítimo propietario del predio.
Ahora, Jesús Eduardo G., quien afirma ser el legítimo propietario, exige la devolución del terreno y en su denuncia menciona que desconocía si estaba habitado y quién lo ocupaba. Sin embargo, es de conocimiento público que el terreno ha estado en manos del doctor y su familia durante más de 20 años, y la vendedora y madre de Jesús vive al lado de dicha propiedad.
Los hijos menores de edad aseguran que defenderán a toda costa esta propiedad, ya que es la herencia de su padre.
