Bárbara Mañón sacó el cobre; la chilanga, no solo ocupa espacios que le corresponden a los chiapanecos en el Consejo Político Estatal de Morena, sino que despotrica contra el proceso de elección de las “corcholatas” en Chiapas, porque los resultados sepultan al grupo político al que pertenece.
Sin ningún peso político, Mañón apareció en el escenario político de la entidad hace unos cuantos años, como vocera de Morena, partido al que ahora desacredita y tilda de corrupto porque sus pobres esperanzas de agarrar un hueso fueron desechadas en la sesión ordinaria de este jueves.
Argumentó un posible fraude: que las boletas estaban amañadas y que ya había línea. Pero la realidad, es que hizo berrinche porque su alfil, Carlos Morales Vázquez. quedó muy abajo en las votaciones de los 127 consejeros y consejeras que libremente expresaron su voluntad en las urnas.
¿De qué lado está Bárbara Mañón? Bien haría el partido en retirarle el nombramiento de Secretaria de Difusión, Comunicación y Propaganda, dado que no muestra espíritu de unidad. Con su show se ha encargado de hacer la peor publicidad de Morena.
Está cegada por la impotencia y la ira: primero bajaron a Zoé Robledo, a quien ya hacía gobernador; después Manuelita Obrador, su tabla de salvación, y a ahora da patadas de ahogado, porque Morales no levantó.
A Mañón, le faltan algunos añitos y trabajo, al menos para que los chiapanecos la identifiquen. Pero si no está a gusto, que se regrese a su tierra y que, congruente, toque puertas en otro partido, antes de que la manden a la chilanga, por intentar generar discordia y división en un partido que no la necesita para ganar.