José Cancino
En una de las zonas más “exclusivas” de Tapachula, al sur de la mancha urbana, un río de aguas negras se ha convertido en un problema de contaminación ambiental y daños a la salud humana, sin que hasta entonces autoridad alguna contribuya para acabar con este problema que lleva años, pero se ha agudizado en fechas recientes.
La corriente de agua sucia se expande a lo largo de un kilómetro, desde la plaza gastronómica Las Hortensias hasta una conocida gasolinera, pasando por el fraccionamiento Las Hortensias, de donde brota la mayor cantidad de inmundicia hacia la zona sur de la ciudad.
Los fuertes hedores generan que, en horas del día, principalmente en las que el sol es más intenso, generen incomodidad en usuarios del transporte público que esperan en este sector. Aunado a esto, el desperfecto se concentra en una de las principales entradas a la ciudad, por lo que visitan-tes nacionales y extranjeros que descienden en el Aeropuerto Internacional de Tapachula, también perciben estos malos olores. Una bienvenida nada grata para los recién llegados.
Aunque no se percibe de dónde surge inicialmente esta toma de aguas sucias, podrían estar involucrados hoteles, restaurantes y viviendas del sector, por lo que algunos lugareños han solicitado a las autoridades correspondientes que se ponga especial atención en esta problemática.

