- Prioras zoques piden lluvias y que no se desborde la laguna encantada de Coapilla
Ramiro Gómez / Corresponsal Diario de Chiapas
Copainalá, Chiapas. – Como fiel a la costumbre de los pueblos zoques de la ribera Miguel Hidalgo del municipio de Copainalá, cada primero de mayo, hombres y mujeres realizan una procesión de cuatro horas para efectuar cambio de flores a la Virgen de la Candelaria de Coapilla, un ritual que vienen realizando antes de la llegada de los españoles para pedir lluvias y protección al pueblo zoque.
Desde muy temprano, las prioras caminan entre montañas y veredas llevando flores con canastos en sus cabezas hasta llegar al templo de la Virgen de la Candelaria construido en el siglo XVI, para realizar el ritual de cambio de flores.
Los habitantes de Coapilla los reciben a la altura de la Laguna Verde o Encantada con el ofrecimiento de chocolates, panes y tamales, posteriormente al compás de los sonidos de los tambores y la flauta de carrizo se dirigen al templo principal, después visitan las ermitas de los barrios del municipio para ofrendarles flores de mayo, en cada iglesia un grupo de comité los recibe y como agradecimiento brindan una merienda.
Cuando cae el sol y la noche anuncia su llegada, las prioras y todos los que participaron, se dirigen a la laguna encantada para arrojar los pétalos y piden lluvias que inician en este mes de mayo.
“Es una práctica que se hace antes de la llegada de los españoles, un ritual para que la comunidad reciba protección, si se desborda la laguna, nos afectaría porque nosotros vivimos muy abajo y toda el agua nos caería (sic) y por eso es que corremos el riesgo, pero gracias a Dios no ha pasado eso porque cada año, le pedimos protección”, comentó la señora Elpidia Hernández.
