- El alcalde Julio Gamboa es indiferente ante la falta de espacios para sepultar; no quiere adquirir un predio para ampliar el camposanto
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En el panteón de Tuxtla Chico ya no caben más muertos. Los espacios que quedaban en 2022 se han ocupado y ahora preocupa la nula disponibilidad para sepultar cuerpos.
Según empleados de este camposanto, localizado a escasos tres kilómetros de la frontera con Guatemala, el alcalde Julio Gamboa Altuzar se niega a adquirir un nuevo predio para extender el perímetro de inhumaciones, lo que repercute en que se comience a negar la venta de espacios para personas que llegan en busca de un sitio de descanso de sus seres queridos.
“Al alcalde ya se le dijo que no hay más espacio, que se requiere uno nuevo, aquí el problema es que los propietarios del predio más adepto para extender el panteón se lo están vendiendo al presidente pero no quiere desembolsar ese dinero aunque es necesario”, expuso Carlos, uno de los trabajadores del lugar.
Los hombres que se ocupan de excavar las fosas y sepultar a los muertos, relataron a que la pandemia aceleró la saturación de este cementerio. Y aunque los decesos por esta pandemia son ya historia pasada, generaron que la autoridad municipal no tuviera un plan de acción para ampliar el terreno.
Actualmente, el panteón municipal de Tuxtla Chico ocupa más de seis hectáreas distribuidas en tres partes.
Tuxtla Chico es uno de los municipios más antiguos de Chiapas y al mismo tiempo su camposanto no ha sido renovado desde su creación como sepulcro municipal, por lo que es urgente que se inviertan recursos y un proyecto por parte de las autoridades municipales.
Eso sí, durante las celebraciones de Día de Muertos, el Ayuntamiento de Tuxtla Chico permitió la venta desmedida de bebidas alcohólicas y la instauración de cantinas por doquier, lo que ha sido recriminado por los pobladores de este municipio.
