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General Mariano Matamoros y Oribe

Roque Gil Marín Vassallo
Comitán, Chiapas
Su origen, infancia y estudios. Este gigantesco “hombrecito” (por ser de baja estatura física) a quien se reconoció como “El brazo derecho de Morelos” y por sus temerarias hazañas en contra de los españoles le pusieron el mote de “El Mata-Realistas”, nació el 14 de agosto de 1770 en la Ciudad de México. No se sabe nada de sus padres, hermanos o familiares, y su apellido materno a veces es el de Guridi, según algunos historiadores.
Su infancia transcurrió en el apacible pueblo de Ixtacuixtla, Tlaxcala, donde recibió educación básica y media; por falta de colegios superiores se traslada a la Ciudad de México, donde se inscribe en el Colegio de Santiago Tlatelolco, graduándose primero de Bachiller en Artes en 1786. Cursó el grado de Teología y pasó al Seminario Diocesano capitalino en el que se ordenó sacerdote en 1796, oficiando su primera misa el 26 de julio de ese año en la parroquia de Santa Ana; fue Abad del Sagrario Metropolitano, Cura en la Ciudad de Querétaro y Párroco del Templo de Jantetelco, en el actual Estado de Morelos, en 1808.
Matamoros se une a Morelos en Izúcar. Durante su ministerio sacerdotal conoció al cura Miguel Hidalgo y al grupo de personas que comandaba, simpatizando con su causa, por lo que en 1811 fue encarcelado fugándose de la cárcel para luego unirse a Morelos el 16 de diciembre de 1811, en el pueblo de Izúcar (hoy de Matamoros) en el actual estado de Morelos. Aquí, Matamoros fue nombrado Coronel, grado con el que procedió a formar su ejército con más de 2 mil campesinos de Jantetelco, con los que combatió a los Realistas en Tecualoya y Tenancingo, y participó en el Sitio de Cuautla, donde los insurgentes se apertrecharon rodeados por las tropas del brigadier Félix María Calleja, que durante 72 días impidió que los insurgentes recibieran comida, agua y municiones; pero Mariano Matamoros rompió el cerco el 2 de mayo de 1812 y liberó a los insurgentes sin que sus enemigos se dieran cuenta, sino hasta tiempo después.
Matamoros en Tonalá, Chiapas. “El Mata-Realistas” acompañó a Morelos en la Toma de Oaxaca el 25 de noviembre de 1812 y fue comisionado para resguardar esta plaza, en tanto el mismo Morelos se dirigió a tomar al puerto de Acapulco.
Debido a que el 29 de noviembre de 1810, en Guadalajara, Jalisco, el cura Hidalgo había hecho la Abolición de la Esclavitud en toda la Nueva España y puso un plazo de 10 días para que todos acataran esta Ley “So Pena” de que al no hacerlo serían enjuiciados y fusilados, esta Ley se empezó a aplicar, por lo que muchos españoles huyeron hacia Guatemala, donde formaron un ejército con el que pretendieron recuperar Oaxaca y pusieron a su mando al Coronel Manuel Dambrini, quien recibió órdenes del Jefe Político de Guatemala, José Bustamante y Guerra, quien antes aceptó la propuesta del Arzobispo de Guatemala, Ramón Cassaus Torres, quien escribió su libro titulado “El Anti-Hidalgo”, para invadir Oaxaca y vengar la muerte de varios oficiales que fueron fusilados por Morelos durante la Toma de Oaxaca.
Mariano Matamoros supo que Dambrini se había introducido a La Nueva España, cometiendo graves injusticias -como quemar al pueblo de Tonalá, en Chiapas, porque nadie lo apoyó en su causa y luego fusiló a 25 civiles en Yanhuitlán, Oaxaca- y pidió órdenes a Morelos que estaba a punto de tomar Acapulco. Este le respondió: “Sígalo y acábelo”, lo que cumplió, poniéndose en camino hacia Tonalá, Chiapas, donde el 19 de abril de 1813 derrotó a Dambrini, en lo que la historia conoce como “La Batalla de la Chincúa”, que es el único hecho de armas que se hizo fuera del territorio de La Nueva España en ese entonces. Debido a que Matamoros resultó herido de bala en la pierna derecha, se tuvo que quedar en Tonalá casi un mes, haciendo hechos y acciones que aún perduran.
Matamoros, prisionero y fusilado en Valladolid (hoy Morelia), Michoacán: El 23 de diciembre de 1813, los insurgentes atacan la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, Michoacán, que era defendida por los Realistas Agustín de Iturbide y Francisco del Llano. Estos lograron derrotar a los insurgentes que se dispersaron, pero fueron alcanzados y haciendo prisionero a Mariano Matamoros el 5 de enero de 1814, lo procesaron -primero por el fuero religioso y luego por el militar- y lo sentenciaron a la pena capital, siendo fusilado el 3 de febrero de 1814 en el patio del Palacio Virreinal de Valladolid. Sus restos reposan en la Columna de La Independencia en la Ciudad de México. ¡Viva México!

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