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Hiram Bingham, el explorador

Luis R. Gordillo

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Un día como hoy, 6 de junio pero del año 1956, murió un hombre que dejó un legado para la posteridad: Hiram Bingham, quien mostró al mundo el esplendor de la cultura inca y su joya más preciada: las ruinas de la monumental Machu Picchu (‘Montaña Vieja’, en quechúa), en el Perú.

Originario de Honolulú (Hawáii) donde nació el 19 de noviembre de 1875, el sorprendente Hiram Bingham no era en realidad un arqueólogo. Tras una infancia llena de carencias, logró matricularse en la Universidad de Yale, donde se graduó. Después estudió en la Universidad de Berkeley (California) y posteriormente obtuvo un doctorado en Harvard, donde también trabajó como profesor de Historia.

En el año 1900 contrajo matrimonio con Alfreda Mitchell (heredera de Charles Tiffany, fundador de la famosa joyería Tiffany & Company de Nueva York) y a partir de entonces se introdujo en las más altas esferas sociales norteamericanas, donde incluso conoció e hizo una cercana amistad con el presidente Theodore Roosevelt.

A finales de 1908, Hiram Bingham participó en Primer Congreso Científico Panamericano que tuvo lugar en Santiago de Chile y tuvo la oportunidad de conocer de cerca la cultura sudamericana, la cual le provocó una real fascinación.

En 1909 se trasladó a la ciudad de Lima y visitó Cuzco, donde quedó tan impresionado que inició un viaje de exploración internándose en zonas arqueológicas como Choquequirao, pero anhelaba descubrir tesoros y en 1910 se entera del último refugio de los Incas: un mítico lugar conocido como Vilcabamba.

Descubrir este sitio se convirtió en su obsesión; de hecho, muchos piensan que fueron estas expediciones de Hiram Bingham las que inspiraron la creación del famoso personaje ‘Indiana Jones’.

Finalmente, los esfuerzos dieron sus frutos y el 24 de julio de 1911, el incansable explorador entró en las ruinas de Machu Picchu, creyendo que había encontrado Vilcabamba. Lo que sus ojos vieron fue espectacular: “Encontré brillantes templos, casas reales, una gran plaza y miles de casas. Parecía estar en un sueño”.

Con el tiempo, se piensa que no fue el primero en llegar a la majestuosa ciudad, pero sin duda fue quien obtuvo el crédito de darla a conocer al mundo. Asimismo, se le acusa de extraer ilegalmente más de 40mil piezas arqueológicas, muchas de las cuales están ahora en diversos museos europeos, así como en colecciones particulares.

Su sorprendente vida llegó a su fin el 6 de junio de 1956, en Washington.

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