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La ausencia de
cuidados maternos afecta al desarrollo en abejas

Agencias
La mayoría de las abejas silvestres son solitarias, pero una pequeña especie de abejas carpinteras cuida y cría meticulosamente a sus crías, beneficiando su microbioma, desarrollo y salud.
Según descubrieron investigadores de la Universidad de York, de manera similar al efecto positivo que las madres humanas pueden tener en sus crías, el cuidado maternal de estas abejas carpinteras (Ceratina calcarata) evita una sobreabundancia de hongos, bacterias, virus y parásitos dañinos en las primeras etapas de desarrollo.
Sin atención materna, la carga de patógenos de estas abejas en desarrollo se disparó (el 85 por ciento eran hongos, mientras que el ocho por ciento eran bacterias), lo que puede afectar su microbioma, un componente crítico de la salud de las abejas, así como su desarrollo, sistema inmunológico y expresión genética.
Esto puede provocar, por ejemplo, cambios en el desarrollo del cerebro y de los ojos, e incluso en el comportamiento. El hongo más grande encontrado fue Aspergillus, conocido por inducir la enfermedad de cría de piedras en las abejas melíferas, que momifica a las crías. En etapas posteriores, la falta de atención puede provocar una reducción del microbioma, lo que aumenta la susceptibilidad a enfermedades y una mala salud general.
Los investigadores observaron cuatro etapas generales de desarrollo en la vida de estas abejas carpinteras, comenzando con la etapa de larva, tanto en presencia como en ausencia de cuidado materno.
“Estas infecciones fúngicas tienen efectos en el estado físico. Estamos documentando los cambios en el desarrollo, los cambios en la carga de enfermedades, y es un gran problema porque en las abejas silvestres se sabe mucho menos sobre su carga de enfermedades. Estamos destacando todos estos factores por primera vez”, afirma la autora principal Sandra Rehan, profesora de la Facultad de Ciencias de York.
Los cambios en el desarrollo provocados por los genes expresados o suprimidos, regulados hacia arriba o hacia abajo, junto con la carga de enfermedades, dependiendo de la presencia o falta de atención materna, crearon efectos en cadena en el microbioma y la salud de las abejas. Estas madres solteras construyen un nido al año en la médula de los tallos de las plantas muertas, donde dan a luz y cuidan a sus crías desde la primavera hasta el otoño. Cualquier cosa que impida a la madre cuidar de sus crías aumenta los riesgos de depredación y parasitismo de los nidos, incluida la poda excesiva de los tallos de primavera y otoño, y puede tener enormes consecuencias para sus crías.

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