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Muerte de Fray Bartolomé de Las Casas

Roque Gil Marín Vassallo
Comitán, Chiapas
Su cuna y origen. El fraile dominico Bartolomé de Las Casas de Sosa, nació en Sevilla, provincia de Andalucía, España, el 24 de agosto de 1474, en el seno de una familia aristocrática formada por Pedro de Las Casas e Isabel de Sosa, quienes tenían parentesco con los Reyes Católicos y aunque con seguridad los tuvo, no se saben los nombres de sus posibles hermanos.
Bartolomé recibió una depurada educación básica y media en los mejores colegios de Sevilla y luego fue enviado a estudiar jurisprudencia en la Universidad de Salamanca. El 25 de septiembre de 1493, vio partir a su padre y a su tío Francisco de Peñaloza, que zarparon del puerto de Cádiz acompañando a Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Indias. Viaje del que regresaron a principios de 1499.
“El Conquistador conquistado”. En la última década del siglo XV, España vivió una época agitada porque los Reyes Católicos emprendieron una guerra de liberación del yugo que los árabes le habían sometido durante ocho siglos y es así como Bartolomé, siendo ya Abogado con especialidad en latinismo y humanismo, es comisionado de enero a marzo del año 1500, como auxiliar de las milicias sevillanas que sofocaron la rebelión de los moros, en Granada.
Al saber que su padre formaría parte del cuerpo de funcionarios que el rey Fernando había nombrado para acompañar a Nicolás de Obando, que había nombrado como gobernador de La Española (Dominicana), Bartolomé se unió a él y a su tío Francisco Peñaloza, llegando a su destino el 15 de julio de 1502 y, a partir de esta fecha, inició, como todos los jóvenes de su tiempo, una aventura con fines de poder y riqueza que, luego de ver la crueldad con que eran tratados los indios, tuvo una transformación espiritual que lo condujo a reprobar estas crueldades, por lo que Bartolomé decidió ser el primer Sacerdote que se ordenó en el Nuevo Mundo, en el año 1507.
Dos fueron las razones por las que Fray Bartolomé se decidió a realizar su misión defensora de la dignidad y los derechos de los Indios: la primera fue el Sermón de Fray Antonio de Montesinos, en el año 1510 en La Española, que resumió su reclamo de justicia hacia los indios, diciendo: “¿Qué acaso estos no son personas?”, y la segunda fue la indignación que sufrió al ver el martirio del cacique indio Hatuey, en Cuba, que fue azotado y quemado vivo por órdenes de Diego de Velásquez, en 1512.
“El Padre de los Indios”. Bartolomé, desde su primer viaje en 1502 y durante 60 años, atravesó 16 veces el Océano Atlántico para venir a América y regresar a España, a presentar sus demandas penales en contra de la crueldad, las injusticias, la explotación y los abusos y arbitrariedades que cometían los adelantados conquistadores a nombre de los mismos soberanos españoles, a los que les informaban puras mentiras que Fray Bartolomé echó por tierra, hablando con la verdad, que fue aceptada.
En julio de 1510, fue admitido como diocesano en la Orden de los Dominicos, y en 1512, Bartolomé renunció a sus grados militares en el ejército imperial, renunció a su encomienda de tierras y propiedades, dio libertad a los indios que tenía bajo su custodia y se fue a Roma, Italia, donde en 1515 es ordenado Sacerdote, y el 23 de diciembre de 1515 es recibido por el soberano español Fernando el Católico, quien luego de escuchar las demandas de Bartolomé y del Fraile Dominico Antonio de Montesinos, el Rey ordenó al Cardenal Manuel Jiménez de Cisneros, que a Bartolomé se le diera el Título Nobiliario de “Protector y Padre de los Indios de Las Indias”.
Las Casas, primer Obispo de Chiapas. En 1543 es nombrado Obispo de Cuzco, Perú, pero no acepta, por lo que el emperador Carlos V lo propone ante el Papa Paulo III para Obispo de Chiapas. Al llegar a Ciudad Real (hoy San Cristóbal de Las Casas) este prelado la convierte en la quinta diócesis en la Nueva España, luego de las de Tlaxcala, México, Michoacán y Puebla, tomando posesión el domingo de ramos del 12 de marzo de 1545, procediendo a excomulgar a los infractores de sus ordenanzas por lo que tuvo grandes enfrentamientos que lo obligaron a renunciar a su diócesis en 1547 y se regresó a Madrid, donde publicó sus obras tituladas: História de Indias, Brevísima história de la destrucción de las Indias, Apologética, y otras igualmente severas contra los represores de los indios.
El 31 de julio de 1566, falleció en el Convento de Atocha, en Madrid y sus restos fueron llevados al Convento de San Gregorio, en Valladolid, donde descansan en Santa Paz.
¡Qué grandeza de alma!
Salud.

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