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Una Ventana Literaria

Pedro González Domínguez

Un espacio dedicado a la Asociación de Escritores y Poetas Chiapanecos, A.C.

Jorge Éver González Domínguez aepchchiapas@gmail.com

El diagnóstico médico
(Segunda y última parte)

El médico, le aconsejó: Para ayudar a su esposo, le realizaremos unos estudios, y haciendo “una excepción a mi ética profesional”, los resultados saldrán con la misma enfermedad de su amigo Quiles, de esa forma dejará de tomar y así prevenir que realmente enferme; eso será un secreto entre usted y yo- le explicó.
Baco, fue persuadido por su esposa a que acudiera al médico.
-Amor, vamos a consultar al médico y que te hagan estudios para saber tu estado de salud, ya vez qué le pasó a tu amigo Quiles.
A regañadientes accedió. Después del protocolo para emitir el diagnóstico, el médico le dio a conocer el resultado:
-Señor, no le tengo buenas noticias: usted tiene cirrosis hepática, por tal motivo tiene prohibido tomar alcohol.
Baco, se paró, apretó los dientes, empuñó las manos, con la mano derecha dio un golpe sobre el escritorio y le dijo a su esposa: Vámonos, este matasanos está loco. Y se fueron.
Entre duda y preocupación, no podía creer que tuviera la misma enfermedad que su amigo del alma, Quiles. Pero no solo eso, ahora se iban a reír de él. Además, se acercaba el tres de mayo, día en que se celebraba a los trabajadores de la construcción.
-No es posible, en qué momento me vine a enfermar. Ahora que faltan solo unos días para la gran fiesta con mis trabajadores. El tres de mayo, es ese día cuando festejo a lo grande y como el mejor maestro de obras que soy, debo “tirar la casa por la ventana”.
Así fue. Baco hizo todos los preparativos para la fiesta. Desde luego que invitó a sus dos mejores amigos: Quiles y Tarik.
El tres de mayo, Baco ofreció una comida a sus trabajadores. Degustaron platillos de comida preparados para tal motivo, había toda clase de vinos para los invitados.
Tarik, a su llegada, empezó a tomar licor como era su costumbre. Con una risa de satisfacción alzaba su copa diciéndole a sus amigos:
-¡Salud, amigos! Vengan a tomarse una copa conmigo. No pasa nada.
Quiles y Baco, veían que todos los invitados estaban tomando. No se atrevían ni siquiera a probar algo de licor. Ante la insistencia de Tarik, por fin Baco, no pudo evitar la tentación y, dijo:
-Voy a probar una copa, solo una para brindar, si yo soy el anfitrión. ¡Salud!
Inició con una, después fueron dos y así siguió, no paró de tomar.
Al siguiente día, sus amigos estaban intrigados qué le había pasado a Baco.
Por la mañana lo vieron que estaba trabajando como siempre, tranquilamente. Él estaba contento por sentirse bien, sin ninguna molestia, solo con la resaca.
Tarik, al ver que no le pasó nada a su amigo Baco, se atrevió a decirle:
-Amigo: Te invito a tomar unas copas.
Baco, le contestó:
-Claro que vamos a echarnos unos tragos, amigo, pero también invitaremos a Quiles. Al fin de cuentas es pura mentira, eso que nos vamos a morir si tomamos alcohol.
Así fue, se reunieron nuevamente los tres amigos y tomaron como en sus mejores tiempos.
Al siguiente día, Quiles ya no se levantó jamás. Baco y Tarik, nunca más probaron alcohol.
FIN.

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