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Agencias
Diario de Chiapas
Las esperanzas de Cristiano Ronaldo de estar en la Champions la temporada que viene son cada vez menores. Un Manchester United desnutrido, tiene la competición europea casi imposible tras perder con el Arsenal en el Emirates en una clase maestra de Martin Odegaard y una tarde para el olvido de Bruno Fernandes (3-1).
El noruego lideró el triunfo de los de Arteta en un partido que tuvo de todo, desde decisiones controvertidas del VAR, goles anulados, dos penaltis -uno fallado por Fernandes-, el tanto habitual de Cristiano, centenario con el United, dos palos y un carrusel de ocasiones. Solo en la primera parte hubo 22 disparos, récord de esta temporada en la liga.
Se juntó que el Arsenal es uno de los equipos más divertidos de la Premier League, mientras que el United es uno de los mayores desastres del campeonato. Esté Harry Maguire, amenazado por su afición esta semana, o no. Ralf Rangnick decidió dejarle esta vez en el banquillo, pero eso no mejoró a una defensa que es una catástrofe.
En la primera pelota colgada al área fallaron en cadena Varane y Telles, incapaces los dos de despejar. Llegó Saka, se perfiló al interior y sacó un disparo con rosca que paró de manera sensacional De Gea. Pero Dalot no llegó a tiempo de tapar a Tavares, que empujó el 1-0 a placer.
El United, como todo el año, trató de tapar el agujero en defensa a través del ataque, con la táctica de pegar más que el rival. Cristiano Ronaldo, ovacionado por el Emirates por la pérdida de su hijo, fue el canalizador, el hombre que conectaba en el medio y distribuía. Una función que cumple a la perfección, pero que le aleja del área. Las tres claras que siguieron al tanto de Tavares las tuvieron Elanga y Bruno, y ninguna fue dentro.
El Arsenal apareció a relámpagos, los que propinaba un Odegaard inspiradísimo en la frontal. El noruego disfrutó de unos minutos brillantes, coronados con un taconazo espectacular para que De Gea parase a Nketiah el 2-0 y con un balón filtrado que esta vez sí terminó en gol. Con polémica, porque Odegaard filtró la bola para Saka, que fue derribado por Telles, pero pudo dejársela a Nketiah para que definiera.

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