No existe nueva deuda pública; lo que hay son arcas municipales sin dinero

No cabe duda que los dardos políticos se sueltan a la deriva para ver si son chicle y pegan, desorientando a la población. Es inaudito que, a un mes de gestión del actual gobierno, haya corifeos que se encarguen de hacer el juego sucio para confundir. Resulta que los pregoneros del mal soltaron el borlote de que la Secretaría de Finanzas adquirió una deuda pública.

¿Cómo está eso?, sería la primera pregunta generalizada de los chiapanecos que tuvieron acceso, a través de las redes sociales, de esta noticia falsa, pero, ante todo, dolosa, de mala leche. Claro, no se está en condiciones de buscar el fondo del asunto, porque hay cosas más importantes que hacer en esta entidad soterrada en escenarios de violencia o descomposición social.

Lo que reconforma es que de inmediato la autoridad haya salido a desmentir el hecho: no se ha adquirido deuda alguna en estos primeros días, señala en un comunicado oficial. Es más, es hasta improbable porque no podría darse un tiro en el pie, cuando lo que sí presumió la pasada administración es que dejaba finanzas sanas y lo más importante, que no se endeudó y lo que sí hizo fue disminuir los pagos moratorios que se viene arrastrando desde la gestión de Juan Sabines Guerrero.

Algo así como 40 mil millones de pesos fue lo que heredó a la administración de Rutilio Escandón Cadenas y éste en su último informe de gobierno, dijo que la deuda se redujo un poco más de la mitad. El gobierno de Chiapas en funciones lo confirma, aduciendo que la administración se caracteriza por tener una gestión responsable y transparente de los recursos públicos.

Lo que sí afirma la Secretaría de Finanzas es que pretende implementar una estrategia que le permita obtener un ahorro de alrededor de 2 mil 500 millones de pesos durante el sexenio, monto en recursos que se equipara con lo que se tiene estimado se recaude con el emplacamiento 2025 que iniciará en febrero y concluirá en junio, programa que también incluye las licencias de conducir.

Este monto se destinaría a “proyectos prioritarios de inversión en infraestructura pública, el impulso de proyectos de desarrollo económico y, sobre todo, el fortalecimiento de la seguridad pública”.

Con relación a la supuesta deuda, el gobierno de Chiapas explica que la renegociación pública que tiene el Estado, y que fue heredada por los anteriores gobiernos, tiene como objetivo principal mejorar las condiciones financieras, obtener una menor tasa de interés y reducir los montos de pago a corto plazo, lo que representará ahorros a las finanzas del Estado y liberará recursos para afrontar las necesidades inmediatas de los chiapanecos.

A inicios de diciembre, durante la presentación del Paquete Fiscal para el 2025, se hacía referencia que durante el año no se tenía contemplado endeudarse, sino renegociar el monto o que se reestructure la deuda que dejaron los gobiernos que le antecedieron a la actual.

Hace cuatro días, la Comisión Permanente abordó el tema de posibles contrataciones, pero de los ayuntamientos, situación que es muy diferente al recurso que maneja el Estado. De cierta forma, este procedimiento que todo parece indicar avalará el Pleno de la LXIX Legislatura, obedece a que las administraciones municipales que concluyeron funciones el 30 de septiembre de 2024, dejaron un asco las arcas.

Esta situación obliga a los alcaldes y alcaldesas a buscar ayuda financiera para poder sacar la gama de problemas que les fue heredada. En este caso, es una pena que los hombres y mujeres que condujeron los destinos de sus municipios, se hayan ido como pedro por su casa y el Congreso del Estado, a través de la Auditoría Superior, no les haya realizado una amonestación pública para hacerles saber que para eso no se gobierna.

Esto del despilfarro sucedía en los gobiernos del pasado y de acuerdo a los postulados de la Cuarta transformación, esta práctica ya estaba desterrada. Es una lástima que esta situación la vivan los municipios y que los que paguen los platos rotos sea su población. Esperemos que la conducción financiera tome el camino correcto y si hay que llamar a cuentas a la mitad de los alcaldes, pues hay que hacerlo para que no se sigan burlando de su pueblo.

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