Nexos de Taddei con Morena, ejemplifican que es una empleada más del partido en el poder
Las versiones periodísticas de las últimas semanas han empezado a enterrar la poca credibilidad que el ciudadano podía tener en el Instituto Nacional Electoral (INE).
El amasiato que han evidenciado entre la presidenta del INE, Guadalupe Taddei y el partido Morena no viene más que a confirmar que las decisiones tomadas por el órgano electoral a favor del partido en el poder, son producto de esta afinidad ideológica y materialista que existe en detrimento de la democracia.
A Taddei las pruebas en su contra la delatan, como también el que ahora se entienda que el Senado la haya defendido en todo momento ante las denuncias y críticas de los partidos de oposición que han alzado la voz desde el Congreso de la Unión y desde la misma sede del INE, durante las sesiones ordinarias.
A una semana de las publicaciones que hicieran algunas plataformas digitales y algunos medios de comunicación impresos, no ha habido una respuesta donde se desmienta o aclare que lo publicado sea una mentira o una campaña impulsada por los adversarios de la presidenta y del sistema político que hoy gobierna el país.
En las redes los comentarios no son tan amables y contrario a ello, ponen en entredicho la función objetiva e imparcial que debería tener quien se encarga de transparentar y conducir elecciones en el país.
“La consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei, entregó recursos públicos a la empresa familiar de Alfonso Durazo, gobernador de Sonora. De acuerdo con la información, el 15 de julio de 2022 –cuando Taddei era presidenta del instituto sonorense de transparencia–, firmó un contrato anual por un millón 231 mil pesos con Inmobiliaria Alta Sierra.
El contrato fue para cambiar las oficinas del Instituto Sonorense de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales al primer piso del edificio ubicado en el bulevar Luis Encinas 258, inmueble propiedad de Inmobiliaria Alta Sierra.
Cabe señalar que esa empresa le ha servido durante años a Durazo para ocultar la posesión de al menos nueve bienes en México y Estados Unidos, como lo reveló Latinus en un reportaje publicado en 2021”.
Los vínculos entre Taddei y Durazo han generado controversia en los últimos meses. En enero de 2024, Rogelio Piñeda, hijo de la presidenta del INE, fue nombrado titular de la Consejería Jurídica de Sonora, lo que refuerza las especulaciones sobre su cercanía con el gobierno estatal.
El 15 de julio de 2022, el organismo encabezado por Taddei firmó un contrato anual por un millón 231 mil pesos con Inmobiliaria Alta Sierra, una empresa en la que Durazo ha participado como administrador, y son accionistas su esposa y dos hijos
Este no es un buen mensaje para el país, que día a día se ve como la aplanadora de Morena hace y deshace cuando un asunto no le conviene o simplemente el revanchismo político está de por medio.
A raíz de estas publicaciones, la oposición hizo uso del micrófono en el Senado de República para pedir explicaciones de parte de Guadalupe Taddei y del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, sobre el contrato por más de un millón de pesos que entregó el Instituto Sonorense de Transparencia, presidido por Taddei, a una empresa familiar del gobernador sonorense.
El tema es muy sencillo, salir aclarar, pero por lo que se ve, el silencio que ha imperado en el caso da muchas sospechas del porque todo el “consentimiento” que da Taddei a través del INE a las demandas, imposiciones y “aportaciones” al gobierno federal.
La sobrerrepresentación que el INE aprobó y le dio la mayoría absoluta a Morena en el Congreso de la Unión, es, sin duda, el mayor ejemplo de que la transparencia no es su fuerte de la presidenta, sino una empleada más del partido en el poder.