Reforestación es urgente

Cada año nuestro planeta sufre los aumentos insufribles del calor, derivado de las deforestaciones, desertificaciones, incendios forestales y el aumento de la mancha urbana, que cada vez invade los espacios protegidos y las áreas naturales

Por ello, las campañas de reforestación son urgentes, para revertir las consecuencias del calentamiento; durante estos últimos días, la Conagua en su reporte del clima señaló antes de la temporada de lluvias, que las altas temperaturas estarían a la orden del día, lo que repercutió en calores insoportables en estos días.

La dependencia también advirtió que las lluvias están próximas: de hecho, en varias zonas las nubes negras persisten y ya se avizoran posibles lluvias; en este contexto, muchos grupos ambientales exigen campañas de reforestación, y ante estas próximas condiciones climatológicas, se optimicen los recursos.

De acuerdo a informes de la Semahn, Conafor y demás dependencias relacionadas al medio ambiente, la pérdida de áreas verdes en Chiapas es alarmante, afectando la capacidad del suelo para poder generar vegetación, las pérdidas de flora y fauna, y la capacidad hídrica. Considerando que muchas de las reservas y áreas naturales de Chiapas representan pulmones naturales.

Si bien, Chiapas está dentro de las estadísticas menos favorables en cuestión de incendios, perdidas de hectáreas de áreas verdes y relacionadas, aún gozamos de ciertos beneficios y nuestra capacidad hídrica está de nuestro lado. Por ello, a pesar de no estar una situación desfavorable, la reforestación permitirá conservar nuestra riqueza natural, claro puede ser un atractivo turístico, siempre y cuando se respete a la naturaleza.

En este contexto, de la reforestación, un error muy común es la introducción de especies no nativas, que, en primera instancia afecta al suelo, al ecosistema y la introducción de éstas, desequilibran el lugar. Esto también sucede cuando se intentan plantar árboles no endémicos en áreas urbanas o no aptos para el concreto o el asfalto, lo que resulta en un daño para el pavimento o las construcciones.

Desde luego, la reforestación no es fácil, ya que los árboles o plantas que se tienen estimados para que logren su cometido, la mayoría de las veces, no todas logran crecer o se marchitan, lo que complica más el proceso; eso sí, cuando un determinado porcentaje se logra genera un beneficio al lugar.

Respecto al valor de las comunidades ante la reforestación, estas son las que viven las consecuencias de las talas ilegales o de los incendios, por esta razón, su aportación a esta titánica tarea, es valiosa, tomando en cuenta su conocimiento del lugar y el valor que le dan a la madre naturaleza.

También, reconocer a la sociedad civil en todas sus aristas, que muchas veces son capaces de reestablecer ciertas áreas verdes en zonas urbanas, estableciendo pequeños pulmones entre el concreto y asfalto.

Los árboles no sólo se deben dar sombra o frutos, son pulmones que sin ellos no podremos subsistir en el planeta. Aparte, la reforestación, pero de especies nativas permitirán reducir las altas temperaturas y la preservación de la vida en esos lugares.

Esperemos que, en los próximos días o meses, empiecen las campañas de reforestación, que no sea sólo un simple acto protocolario político, que este tenga repercusiones, no para nuestro acontecer, sino para las futuras generaciones, mismas que sufrirán o se beneficiarán de las acciones que emprendamos ahora en la preservación del medio ambiente.

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