Prevención en la Nueva ERA, clave contra el gusano barrenador

Las complicaciones provocadas por el gusano barrenador están generando estragos en los productores de cabezas de res, en la economía nacional, en la seguridad nacional y podría repercutir de manera negativa en el precio de la carne.

No obstante, al menos aquí en Chiapas, se está trabajando y con el anuncio por parte del gobierno norteamericano de invertir 21 millones de dólares en la planta del mosquito que se encuentra en Metapa de Domínguez, resulta un acto de precaución y una esperanza ante esta crisis.

Y no es para menos, la producción de estos mosquitos estériles, dio resultados hace 30 años, cuando el gusano se logró erradicar. Ahora bien, se espera que, con los avances tecnológicos de nuestra actualidad, hay mayor margen para acertar.

De hecho, expertos y analistas consideran que las acciones emprendidas por el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, lo colocan como un gran estadista; así es, y no es para menos, desde que se supo sobre esta crisis, el mandatario chiapaneco ha mantenido contacto con autoridades pertinentes y ha generado reuniones, ya que como mencionamos, las crisis si se las toma en serio.

En este sentido, la planta que se encuentra en nuestro estado resultó favorable en el escenario internacional, ya que sus resultados en el pasado, podría resarcir la crisis del gusano que ya tiene consecuencias en muchos aspectos de la vida.

 Resulta curioso que estas acciones e inversiones en la planta, ponen al estado en el radar internacional, de hecho, si se logra revertir esta crisis, la entidad ya no será vista como un simple estado marginal, lleno de carencias y sumido en la pobreza, al contrario, obtendrá un protagonismo, no sólo en la federación sino a nivel mundial, ya que la Nueva ERA y sus estrategias demostrarán el gran músculo para la resolución de problemas.

Ya quedó demostrado la eficiencia de la Nueva ERA, con la percepción de seguridad y la pacificación; es más, esta situación es reconocida por miembros de partidos de oposición, quienes a pesar de las diferencias políticas y posibles diferencias, no tardaron en aplaudirle esta acción contundente, que abona al rescate de la sociedad chiapaneca.

Un aspecto importante, es que esta crisis del gusano barrenador comenzó al final de la administración pasada, ya con consecuencias evidentes; no obstante, el temple y determinación de Eduardo Ramírez para asumir la crisis, cayó bocas: el mandatario sin quejarse o manifestar pretextos, como dirían se puso a “chambear”, delegando y haciendo las reuniones pertinentes para poderle hacer frente a esta crisis.

Ahora bien, una vez ya emprendidas las acciones, sólo queda esperar como se suscitarán los resultados: desde luego, la activación de esta planta urge, no sólo para la reactivación económica y revertir esta crisis alimentaria, sino para demostrar a los Estados Unidos que los mexicanos y los chiapanecos saben anteponerse a escenarios de crisis en salud animal, y que se tiene el corazón y las agallas para generar soluciones inteligentes ante cualquier situación adversa.

Citando al presidente José López Portillo cuando expresó “Soy responsable del timón, no de la tormenta”, Eduardo Ramírez desde su llegado recibió una hecatombe en el estado, pero como buen capitán o piloto, en la tormenta, tempestad y las curvas peligrosas, supo manejar el volante con madurez y determinación, con una frialdad admirable y eso sí, con calma, demostrando que ni el viento lo deja inerte: de esta manera el mandatario, podría dejar un precedente y lección para los demás gobernadores, quienes ante crisis ponen excusas y poco actuar hay en ellos.

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