Elecciones en Veracruz y Durango, el aviso para Morena

El domingo pasado, las elecciones registradas en los estados de Veracruz y Durango ponen en una línea muy delgada al partido Morena, quien a pesar de que tiene prácticamente copado el mapa electoral del territorio mexicano con 24 gubernaturas de las 32 existentes, los resultados a grosso modo no le fueron benéficos.

Si bien fueron para ayuntamientos, su derrota a medias al no arrasar en las urnas, manda muchos mensajes que tendrán que analizar sobre la marcha, pues no es concebible que a pesar de que operó el hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, el electorado les dio la espalda.

Se confirma lo que en su momento se dijo en este espacio, el Movimiento de Regeneración Nacional no las traería todas consigo una vez que el expresidente AMLO se retirara de la política. Por más que las siglas de su nombre sean ya una marca registrada en la mente de los ciudadanos, principalmente en aquellos que reciben los apoyos sociales, esto no bastó para convencer a los veracruzanos y a los duranguenses que le dieran el voto al partido guinda.

Los pleitos entre los políticos en el Congreso de la Unión y en las entidades del país, por obtener el poder, ya sin el aval del ex mandatario, tiene en una encrucijada al partido en el poder, pues este simulacro de elección es un aviso de que algo anda muy mal como para que los ciudadanos los hayan relegado.

Veracruz, por ejemplo, es gobernado por Rocío Nalhe, del partido Morena, incondicional del ex presidente de México y en esta entidad, no pudieron repetir o recuperar algunos municipios claves, donde la oposición se alzó con la victoria. Los ganones fueron Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo, aliado de la alianza morenista que se la jugó solo en muchos ayuntamientos, el PAN y PRI.

Los resultados preliminares indican que Morena y sus aliados retrocedieron, al obtener en conjunto 84 municipios, 19 menos que en 2021, cuando ganaron 103. Movimiento Ciudadano logró 41 municipios, el PAN 34 y el PRI 23.

La resignación de que se ganó algunos municipios importantes, tanto para uno como otro partido, no debe ser motivo de orgullo, sino por el impacto en cantidad de ayuntamientos, que a la vista de todos es lo que se explota mediáticamente.

Cierto es que habrá impugnaciones, y como siempre, en muchas ocasiones, lo que no se puede ganar en las urnas de manera legal y derecha, se pretende llevar a las mesas de negociaciones, donde los tribunales electorales en ocasiones le fallan al electorado.

Así ha pasado en muchas elecciones, donde por errores insustanciales, un candidato pierde su triunfo. Para esta elección aún sobreviven candidatos que son autónomos y que, por tanto, deberían equilibrar la balanza para que la injusticia no sea la que brille en las decisiones de los tribunales.

Lo que habría que tomar en cuenta también es la baja participación electoral que hubo en algunos municipios importantes como Xalapa, Veracruz y Boca del Río, donde de acuerdo con el órgano electoral, se registraron tasas de participación cercanas al 30%. Un hecho que demuestra que conforme pasa el tiempo, el desencanto es evidente.

Dicen que las mentiras o traiciones se pagan caro y el claro ejemplo de ello sucedió en Veracruz, donde ganó Morena y nada menos que a Patricia Lobeira, esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez, el militante del blanquiazul que dejó tirados un millón de votos que obtuvo cuando participó al Senado en el 2024 y al que llegó, pero para incorporarse a la bancada del partido en el poder. Estas maniobras le pegaron al PAN.

En Durango, el gran ganador es el PRI, al que sus adversarios ya lo habían dado por muerto. Que mantenga el triunfo en la entidad y releguen al tercer puesto a Morena, debido a que Movimiento Ciudadano subió como la segunda fuerza política en la entidad, es un hecho que en política no deja dormir a los orquestadores partidistas de las elecciones.

Luisa María Alcalde tendrá que reinventarse para poder cambiar de paradigma, pues si pensó que con sólo la marca Morena iban a ganar se equivocó. Desde el poder, este fue un aviso que quizás descuidaron para concentrarse de lleno a la elección del Poder Judicial donde ciertamente se arrasó, pero no porque la gente supiera por quién votaría, sino porque ya llevaban sus acordeones muy bien planchados.

Quizás sea ese el motivo, pero también el hartazgo, la burla o el sometimiento pudo influir, sino que le pregunten a Gerardo Fernández Noroña, que fue el más aclamado en las boletas que fueron invalidadas, cerca de 3 millones y media, donde salieron a relucir cientos de mentadas por su comportamiento supremo. Ahí que lo vean.

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