• Spotify
  • Mapa Covid19

Abortar o no

El tema del aborto en sus diferentes circunstancias es escabroso, delicado y al final, cada quien tiene su opinión que es muy respetable. En este tema, a excepción de los llamados políticos que lo evitan para no meterse en camisa de once varas, le dedican aportaciones académicas, el sector salud, y la religión asume una postura única en la que no se puede ir en contra de los designios de Dios.

Especialistas en este tipo de temas consideran que la interrupción de un embarazo no es lo idóneo ni la salida correcta para evitar que la tasa de fecundidad crezca como la espuma ante los diversos escenarios por las que atraviesan las mujeres.

En Estados Unidos de Norteamérica seis ministros de la Corte retiraron el derecho a la mujer de decidir si interrumpe o no su embarazo. La mayoría de los ciudadanos de aquél país rechazaban la medida. El tema es abordado en Chiapas y las opiniones son encontradas.

Algunos no coinciden, por ejemplo, que la Secretaría de Salud haya autorizado la instalación de unidades médicas para practicar el servicio de aborto. Considera que sería mejor establecer medidas preventivas para evitar el embarazo en niñas y adolescentes.

Los enfoques, decimos, son diferentes y el debate siempre estará presente por quienes se oponen a esta práctica de interrumpir el embarazo. Al condenar la acción no se ponen en los zapatos de quienes, por ejemplo, fueron mancilladas contra su propia voluntad o quienes son violentadas, amenazadas. También hay quienes piensan que al no tener los medios económicos para poder sostener económicamente a su hijo o hija es preferible no traer al mundo a quien tendría una vida garantizada de pobreza y de falta de expectativas.

La Iglesia Católica aplica la doctrina de que nadie está facultado para contradecir lo que está escrito en las Sagradas Escrituras, lo que significa que quien esté en estado de gravidez debe afrontar todo por amor a Dios y a su niño que lleva en sus entrañas.

Lo cierto es que la falta de educación sobre todo lo que rodea el tema involucra a la pareja. Tener relaciones sexuales a temprana edad y por descuidos o desconocimientos, quedan encinta, las conduce a tomar decisiones, que, señalan, son equivocadas pues se quita la vida a un ser indefenso.

La trillada frase de que la libertad se ha convertido en libertinaje en estos tiempos modernos, es un problema social que ya padece repercusiones generales. Es decir, no se tiene un control estricto del número de hijos que se traen al mundo, pero, sobre todo, no se cuenta con la preparación para afrontar una vida ya de por si complicada.

Lo que hoy debe analizarse es si se está a tiempo para concientizarnos de qué es lo que queremos. En qué se está fallando para que ni los programas de orientación del sector salud hayan dado resultados en pleno siglo XXI. Desde siempre, por lo menos en México, ha habido una serie de campañas que hacen ver que hay métodos preventivos. Además, esto último queda desfasado ante la infinidad de información que se encuentra en la red digital, donde se encuentra al momento todo lo relacionado con los métodos anticonceptivos.

Lo urgente es que hacer un alto en el camino y analizar este grave problema de los embarazos no deseados, de la falta de educación para afrontar el futuro con mejores expectativas. Hace un par de meses, ahora que ha estado resurgiendo el tema de los movimientos de las mujeres por las calles, protestando por la cerrazón del gobierno a su derecho de decidir qué hacer con su propio cuerpo, está la postura de quienes rechazan que las feministas soliciten se autorice el aborto, pues el tema es tan simple como que sean responsables con ellas mismas y hagan uso de los anticonceptivos, que son garantía para la prevención.

Y en este sentido, independientemente de lo que asume, piense o digan las voces “autorizadas”, creemos que en la forma de abordar el inicio de las relaciones en pareja está la solución a lo que decidan hacer para afrontar el futuro. Como sociedad, debemos aportar lo que creemos sea la mejor decisión. El respeto a la decisión que se tome debe ser la garantía de que estamos actuando de manera correcta. Creemos que al final, la mejor decisión la tiene la mujer y ella es quien debe anteponer su derecho a ser respetada. Ni el Estado ni la religión deben predominar sobre la decisión personalizada. Salvo en los casos extremos donde la concepción fue violenta, fuera de los protocolos íntimos de la pareja

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *