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Prevalecerán las tragedias…migrantes

La tragedia migrante, la segunda con mayores dimensiones en seis meses, ha puesto otra vez al descubierto el desgarrador viacrucis a los que se someten hombres, mujeres y niños que añoran llegar a los Estados Unidos de Norteamérica.

La muerte por asfixia de 53 personas en calidad de indocumentados, exhibe la crueldad en la que se encuentra este sector de la población de los países centroamericanos, incluido el de México.

Pero más allá del lamentable hecho que enluta y empobrece más a los familiares de los fallecidos está la corrupción que dígase lo que se diga, se afirme lo que se quiera, sigue reinando en este país y también está claro, en la frontera norte, allá donde la justicia es, en teoría, impecable.

En diciembre 9 de 2021, en el tramo Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, otro tráiler fue la noticia internacional. El conductor, que a la fecha no aparece, volcó la pesada unidad en una curva. El dolor volvió a embargar a familias de migrantes cuyo sueño fue truncado por un conductor que conducía la pesada unidad como un verdadero loco.

El punto más doloroso es que la desgracia se pudo evitar si los encargados de la vigilancia en los retenes hubiesen hecho su trabajo con eficacia. Tanto en Chiapas, en territorio mexicano, como en Texas, Estados Unidos, las garitas o puestos de control dejaron pasar las unidades, ambas con desenlaces mortales.

En Estados Unidos, el chofer fue aprehendido; había intentado pasar desapercibido entre el numeroso grupo de personas muertas por asfixia. Gracias a una fotografía que le tomaron en uno de los dos retenes que había transitado horas antes de la tragedia, fue que pudieron identificarlo. Un punto a favor sobre técnicas no tan avanzados, pero que este protocolo ayudó a desenmascararlo. Otros tres implicados están siendo investigados.

En el caso de Chiapas, a seis meses de la tragedia, no hay un solo detenido, es más, ni una sola línea de investigación se ha ventilado para dar con la red de trata de personas que está atrás de este jugoso negocio que hace millonarios a unos cuántos.

El tráiler de la muerte es ahora, motivo para que los gobiernos manifiesten su “preocupación” y se desboquen asumiendo posturas de que habrá un combate certero contra los “polleros”. La declaración oficial de que se endurecerá la ley migratoria ya está trillada, pues a pesar de que en diciembre se cimbró el mundo por la tragedia registrada en Chiapas en la llamada “curva del migrante”, otros hechos en varias partes del país muestran que el negocio no para, continúa.

En lo que va del año, fueron encontrados muertos en un vagón de tren cuatro personas, en Piedras Negras, Coahuila, fueron dejados a su suerte. Al no poder salir del vagón, el intenso calor los mató. O el accidente en San Juan Chamula, donde murieron cinco y resultaron otros 16 lesionados por la volcadura de una camioneta. En mayo, en Veracruz, fueron rescatados con vida casi 400 que se encontraban en un remolque.

Todo esto generó el pago de servicio por traslado y por lógica, el pago de sobornos a autoridades mexicanas y estadounidenses, y esta práctica continuará contra todos los riesgos posibles, pues alrededor del mundo son millones de millones de pesos los que se derraman para transportar migrantes con destino a Estados Unidos y otras latitudes.

El gobierno mexicano exige a los Estados Unidos recursos para combatir el flujo migratorio y el país vecino seguramente dirá que lo dará, pero ya no quiere más personas sobre su frontera. Una situación que no tiene solución en lo inmediato.

Ya no estamos en el tiempo de las lamentaciones, sino de aplicar una política de soluciones. Pero esto está en chino, pues continuarán las tragedias ante la errada política migratoria.

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