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Perdió Morena con su show político

Al partido Morena no le han salido bien las cosas en la última semana. Los colores del PRI que porta en el fondo de sus extrañas han salido a relucir en la forma de operar para intentar conseguir sus objetivos. No es nuevo que se recurran a las negociaciones del bajo mundo para propiciar que los “chapulines” brinquen de un partido a otro con tal de salvar la reputación.

Lo que son las cosas, al partido Morena no le duele mucho que por el momento no haya pasado la “militarización” del país por otros cuatro años, pues el caso puede volver a discutirse en el pleno del Senado, una vez que se “convenza a la buena” a otros incautos senadores de oposición o que en realidad modifiquen la iniciativa actual o en definitiva la desechen.

Lo que en realidad se exhibió y que le restó muchos puntos es que haya incorporado a sus filas al cuarto para las doce a un panista de “cepa”, cuya condición de honorabilidad está cuestionada de principio a fin.

Mario Delgado cometió la pifia mayúscula al “invitar” al senador por Yucatán a Raúl Paz Alonzo, quien, sin haber renunciado a las filas de acción Nacional, se incorporó al guinda para “ayudar” a México que las inversiones lleguen debido a su experiencia en el sector.

La credibilidad en Morena como un partido con postulados honestos, transparentes, de que no son iguales a lo que sucedía en el pasado, le ha pegado tanto, que hoy hasta el tema del diputado -que ha trascendido en el poder con base al tráfico de influencias y de escándalos-, se ha metido hasta la cocina de los hogares en el país.

Morena demostró bajeza al comprar conciencias y votos. Sin escrúpulos, mostró a un legislador panista falto de ideales, de principios, de integridad hacia su persona. Todo por querer alcanzar la mayoría calificada para que pasara la iniciativa de la incorporación de la Guardia Nacional a las filas del Ejército Mexicano por otros cuatro años. 

No hay defensa a esta maniobra mal planeada, hecha con prisa, y sin tener en cuenta los pros y contras de anunciar pomposamente la llegada de un nuevo miembro. La jugada maestra del ajedrez político falló.

Al retirar del Pleno la iniciativa y regresarla a Comisiones para replantearla se enfrentan los senadores morenistas en una disyuntiva: ¿intentarán persuadir a otros legisladores de oposición para que se incorporen a su bancada o de plano engavetan la iniciativa?

El país entero conoció la maniobra truculenta que hizo el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto en la mañanera del jueves cometió la pifia de reconocer que son unos “hipócritas” quienes votaron en contra por la iniciativa que él mandó, cuando en realidad ésta desde un principio la defendió como suya la diputada priista, Yolanda de la Torre, y no impuesta desde Palacio nacional.

Ahora, intentar de nuevo engatusar a algún incauto que quiere asegurar su futuro, sería ir sobre la memoria ciudadana, y peor sería que a quien recoges no es una persona que se diga transparente. Si no, lea en un par de líneas, la trayectoria del senador panista hoy morenista por conveniencia.

Aunque sean situaciones privadas, su condición de figura pública lo identifican como una persona oportunista. Se casó con la hija del exgobernador de Yucatán, Patricio Patrón Laviada. Su esposa Cecilia Patrón Laviada le pidió el divorcio tras ser exhibido en una fiesta en Puerto Vallarta con mujeres. Ha sido funcionario público, diputado local y federal, y presidente del PAN estatal.

Su afición al alcohol es pública y eso fue su acabose en 2014 cuando por cuestiones políticas lo bajaron para ser alcalde de la ciudad de Yucatán. Otro escándalo es que defendió a su hermano Ricardo Agustín Paz, acusado de asesinar a Marilyn Mena Irigoyen, de 33 años, aunque la autoridad determinó que se suicidó. La familia de la joven contadora aseguró que fue feminicidio.

Si antes no se conocía la vida de este senador, Morena, en su afán de ganar el debate en el Senado, lo incorporó a sus filas como un gran hombre. Sobre Paz Alonzo, el dirigente del guinda dijo: “hay momentos de definiciones: o se está con el pueblo o en la politiquería”, y todo indica que fue un show político que no ayudó al partido en el poder, sino que le encumbró una dolorosa derrota, por donde se le quiera ver.

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