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Urge atender derechos de las mujeres

En las principales cabeceras municipales del país, incluido el estado de Chiapas, mañana 28 de septiembre, los colectivos de feministas participarán en marchas para recordar el “Día de Acción Global por un aborto seguro en América Latina y el Caribe”, además de exigir la efectividad del gobierno en las políticas públicas para combatir los feminicidios y desapariciones de mujeres.

En Chiapas se tienen tres recientes hechos trágicos en contra de tres mujeres en Comitán, Tapachula y Tonalá: una niña de apenas tres años, una jovencita de 16 y una de 30. Los tres asesinatos conmocionaron a la ciudadanía.

Este miércoles, la movilización de colectivas recordará seguramente estos sucesos, que, aunque hay detenidos en los tres hechos, el fondo es el machismo que prevalece en la esfera ciudadana y la poca respuesta de las autoridades para enfrentar este tipo de delitos.

La de mañana será una nueva oportunidad para exigir a los integrantes de la LXVIII Legislatura local y al gobierno estatal, que se garantice el acceso al aborto voluntario, el cual forma parte de los derechos sexuales y reproductivos, declarados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como derecho constitucional que les asiste.

El 7 de septiembre de 2021, la SCJN dictaminó inconstitucionales los Códigos Penales locales que criminalicen el aborto, y, además, estableció que las entidades garanticen infraestructura para poder llevarla a cabo como lo son “servicios médicos seguros, disponibles, accesibles, aceptables, asequibles, respetuosos y de calidad”, y éstos aún están muy alejados como para declararlos una realidad.

Chiapas aún tiene un retraso importante en la materia, -dice Patricia Sánchez, fundadora y presidenta de Mi Útero Feliz AC-, comparado con otras entidades donde se han armonizado los códigos y leyes. Un ejemplo de ello es Baja California Sur, Guerrero, Sinaloa, Colima, Baja California Norte, Coahuila y Veracruz.

La desaparición de una mujer o su asesinato sigue siendo la puntilla de este gobierno que pareciera no toma en cuenta la exigencia real de miles de mujeres en el país que reclaman seriedad para detener estos flagelos.

El grito estremecedor de madres de familias que buscan desesperados a sus hijas se pierde en las ondas sonoras que inundan el espacio y no hay para cuándo se vea que la política pública aterrice con resultados de fondo

Para las mujeres que exigen su derecho a decidir sobre su cuerpo y dadas las circunstancias, poder tener un aborto seguro, sin complicaciones ni consecuencias legales, es una tarea que debe estar en la agenda legislativa de la LXIII Legislatura local.

Hacer de lado los prejuicios y el qué dirán es ya una frase que se ahogó en el pasado y hoy, en pleno siglo XXI, cuando la libertad de las mujeres se continúa peleando por todo el mundo, en Chiapas no debe seguir soslayándose esta premisa.

Ahora, cuando en el Congreso del Estado se encuentra la mitad de legisladoras, mujeres empoderadas, la bandera por los derechos de las conciudadanas debe ser su estandarte para trascender y darle a adolescentes, jóvenes y mujeres adultas, el derecho de decidir sobre su cuerpo. No hay de otra, el tiempo les está reclamando que actúen y deben hacerlo ya.

Un ejemplo de que el mundo debe ya exterminar los prejuicios y los fanatismos religiosos, en este caso, de un gobierno extra conservador, es la “revolución” que vive Irán, luego de que una joven fue detenida, primero, por no llevar el velo “correctamente” y después reportada sin vida. Las protestas convulsionan al país, tanto que más de 70 por ciento de personas han muerto en los enfrentamientos con la policía. 

El mensaje es de hartazgo por el trato que se les da a las mujeres y por la conducción política que aplica el gobierno, quien esconde el poder religioso bajo el manto militar.

Por ello recobra mucha importancia el movimiento feminista en los últimos años, el cual lucha contra la fuerza del Estado que no permite la sublevación, que prefiere dar millonadas de pesos en obras faraónicas y no en programas que impulsen el bienestar de la mujer.

En México, esa brecha está por romperse para encaminarse a una sociedad en igualdad de derechos. Ojalá la democracia de la que tanto se presume sea igualitaria para todos y todas.

La política pública asegura que feminicidios, desapariciones y secuestros han disminuido, pero la realidad nos demuestra otra cosa. Urge que el Estado canalice recursos para reforzar los programas que han quedado estancados. No es posible que se destinen millonadas de dólares para obras faraónicas que deslumbran, pero no combaten ni detienen la violación de los derechos de las mujeres.

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