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Escenario financiero real o imaginativo

Suena demasiado interesante y al mismo tiempo catastrófico, el escenario en las finanzas públicas que ha manejado el gobierno federal, según ha dicho el que fuera el primer secretario de Hacienda y Crédito Público de esta administración, Carlos Urzúa. El panorama que describe no quisiéramos pensar se deba a que dejó de formar parte del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con este personaje experto en el manejo de los recursos, el mandatario mexicano ha incurrido en error tras error, tanto que el que sea el próximo presidente o presidenta de México en el 2024 se enfrentará a una seria crisis económica debido a que ya se ha gastado todo el dinero que se tenía en las arcas públicas para repartirlo en los programas sociales como becas y pago de pensiones.

Tan solo en este último rubro, Urzúa dijo que se requerirán algo así como 435 mil millones de pesos para continuar entregando los programas sociales, ya que representará el 6 por ciento del producto interno bruto de lo que maneja el presupuesto del país.

“Quien ocupe la presidencia tendrá un cartucho de dinamita encendido en sus manos, pues es un problema grave sostener el pago de las pensiones”, es la reflexión inmediata que hace el economista, situación por lo que algo deberá hacer el sucesor de AMLO, ya que “tendrá que agarrar el toro por los cuernos”.

En el manejo de los números y con base a una serie de experiencias que ha tenido el sistema financiero a lo largo de su historia, Urzúa asegura que el mandatario no toma tiempo razonable para pensar y contestar interrogantes que ponen en duda la forma en que se está conduciendo el país económicamente hablando.

Es un error haberse metido en un pleito con el Grupo México por el uso de las vías férreas. El gobierno no tiene porqué meterse en la compra de un banco (Banamex) si no es solvente económicamente, pero además se iba a adquirir muy caro, no tenía sentido, dice y hace historia:

“Eso pasó cuando en 1982 se nacionalizó la banca y no había razón de hacerlo, porque estaba en buenas condiciones. Con el banco Bienestar es suficiente para el manejo de las pensiones, becas y programas sociales”.

La intervención del gobierno asusta a los inversionistas directos y de cartera y contrario a ello, si se tuviera la capacidad de recolocación en las inversiones sería lo mejor.

Reflexiona sobre algo que aún preocupa a los inversionistas, a los empresarios de gran calado, es el pleito que se tiene con los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, aunque estos gobiernos ya saben cómo abordar al mandatario, y lo preocupante es que está latente que se pierda en la mesa legal los conflictos comerciales aduanales.

Para el exfuncionario, ha habido una mala conducción económica del sexenio y los efectos de la pandemia ha sido el síntoma primordial de la desesperación. Las magnas obras que identifican a la administración federal están en el limbo, en el sentido de que no hay la garantía que funcionen.

Son grandes elefantes blancos inconclusos y algunos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles tienen que estar siendo subsidiados porque nomás no despegan, sentencia.

“Aunque se niegue, cancelar el aeropuerto de Texcoco, no procesar crudo en una refinería que no refina, aunque ya fue inaugurada, son proyectos que no salieron como se esperaba. El Tren Maya será un proyecto que siempre estará subsidiado, porque este sistema es muy caro. La aerolínea del Ejército Mexicano ya está garantizada, pero se duda que sea rentable”, explica sobre los proyectos que están en marcha en la actual administración.

El presidente debe tranquilizarse en su forma de operar, pensar mejor las cosas, asesorarse. Asegura el experto que con La Mañanera se expone a sus exabruptos y eso no le ha beneficiado a México.

“Han sido decisiones erróneas, impensadas, caprichosas. Fue buen jefe de gobierno en la Ciudad de México y llegar a la presidencia hubiera sido un lujo poder llevar adelante al país, pero muy rápido acabó con sus fichas políticas, tras meterse de un problema a otro.

Todo un análisis que no sabemos si en realidad lo dice Urzúa porque así concluirá el sexenio el presidente o es un racimo de enunciados y conceptos por haber dejado de ser parte de la Cuarta Transformación. El tiempo pondrá a cada dicho en su lugar.

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